El todavía Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, planteó recientemente que la Unión Europea debería imponer sanciones a al gobierno de Israel por las declaraciones de alguno de sus ministros como el titular de finanzas Bezalel Smotrich o el de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ambos de los partidos más a la derecha de la coalición que sostiene al primer ministro Benjamin Netanyahu.
El propio Smotrich ha publicado un mensaje en la red social X –antes Twitter– en el que ha asegurado que las peticiones de Borrell "son una indicación clara y peligrosa de que está del lado del terror" y también de que "no le podría importar menos el pueblo palestino".
Borrell, who doesn't stop misleading the public by claiming that the IDF's retaliatory bombing in Gaza is worse than that of Nazi Germany, and who had the audacity to call the IDF's Operation Arnon aimed at rescuing the hostages a "massacre of the Palestinian people" has clearly… https://t.co/VWIiYd3EQT
— בצלאל סמוטריץ' (@bezalelsm) August 12, 2024
Smotrich ha asegurado que "llegará un momento en que Europa se avergonzará de Borrell y del doble rasero que él y muchos de sus amigos aplican a Israel mientras se ponen del lado de los verdaderos terroristas", agregando que "engaña" a la opinión pública.
El ministro israelí ha explicado también en su largo mensaje que la guerra "exige elegir entre el bien y el mal" y que el todavía Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea "ha elegido el lado equivocado de la historia" criticando a Israel mientras este combate "a los genocidas bárbaros" de Hamás.
Más demoledoras, si cabe, han sido sus palabras sobre Borrell y los palestinos: "Si le importaran se opondría al muro construido por Egipto para rodear Gaza y encarcelar a sus habitantes. Ayudaría a los habitantes de Gaza que intentan escapar de la brutalidad de Hamás y comenzar una nueva vida segura dentro de la UE", ha sentenciado.
Borrell, convencido sionista en su juventud, cuando llegó a vivir en un kibutz en Israel, ha sido muy criticado en el país hebreo y en círculos cercanos a Israel de todo el mundo por su posición, extremadamente partidista y antiisraelí, desde que se iniciase la actual guerra con el brutal atentado de Hezbolá del pasado 7 de octubre.
El representante de la UE ha tenido, además, estambóticas iniciativas personales que no respaldaba prácticamente nadie dentro de la Unión y que acabaron en sonoros ridículos.
Un ejemplo perfecto de ellas fue un descabellado plan de paz que debía lanzarse sin contar ni con los israelís ni con los palestinos y al que, por supuesto, nadie en la escena internacional dio el más mínimo crédito ni por un instante.