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El nuevo régimen sirio asesina a cerca de mil civiles en tres días

Los kurdos denuncian que el nuevo dictador, Al Jolani, se comporta como el anterior dictador Al Asad.

Los kurdos denuncian que el nuevo dictador, Al Jolani, se comporta como el anterior dictador Al Asad.
Fuerzas del ejército sirio entran en la zona coste siria de Latakia con armamento pesado | Cordon Press

Más de 970 civiles han sido ejecutados en las últimas 72 horas en el oeste de Siria, víctimas de la brutal ofensiva lanzada por las fuerzas de seguridad del nuevo régimen de Ahmad al Sharaa, alias Al Jolani, contra quienes aún se aferran al legado del tirano depuesto Bashar al Assad. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, ha elevado la cifra a 973 muertos, incluyendo mujeres y niños, desde que el viernes comenzara esta supuesta "operación de seguridad" ordenada por las nuevas autoridades de Damasco. ¿El pretexto? Neutralizar a los pistoleros leales al exdictador fugado a Rusia en diciembre. El resultado: casi 40 masacres que evidencian que el cambio de tirano no ha traído más que la misma barbarie con distinto nombre.

Las matanzas se han concentrado en Harat al Quneitra, cerca de Tartús; Banias y el barrio Al Datur en Latakia; y las aldeas de Ramle y Rusafa, en la rural Masyaf, próxima a Hama. Latakia se lleva la peor parte, con 545 civiles masacrados, seguida de Tartús con 262 y Hama con 156. Homs, por ahora, suma "solo" diez víctimas. Números fríos que esconden el horror de un régimen que, apenas asentado, ya muestra su verdadera cara.

Al Jolani, el flamante "libertador" que muchos en Occidente miraron con una ingenua esperanza, ha reaccionado anunciando una comisión para "preservar la paz civil" con tres miembros, incluyendo a los gobernadores de Latakia y Tartús, dos de las zonas más castigadas. En un comunicado difundido por Telegram prometen "comunicación directa" con la población y "fortalecer la unidad nacional". Palabras huecas mientras la sangre sigue corriendo. Horas antes, había creado otra comisión de siete magistrados para investigar las masacres, con un plazo de 30 días para un informe.

En un vídeo dirigido a la nación, Al Jolani ha jurado que "no habrá nadie por encima de la ley" y que castigará a quienes "hayan manchado sus manos con sangre siria". Una ironía mayúscula viniendo de un yihadista que ahora se viste de estadista. Ha culpado de los "crímenes atroces" a las fuerzas de Assad y ha exigido a los responsables que se entreguen "inmediatamente", condenando cualquier "interferencia externa" o "sedición". Todo ello, a pocas horas de una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU, solicitada por Rusia y Estados Unidos, dos potencias que, cada una a su manera, han contribuido al desastre sirio.

Los kurdos claman, pero no olvidan

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y su brazo político, la AANES, han salido al quite con un comunicado que mezcla condena y advertencia. Exigen que las comisiones de Al Jolani sean "justas y transparentes" –una quimera, visto lo visto– y alertan de que estas matanzas recuerdan la "época oscura" de Assad que el pueblo sirio no quiere revivir. "La mentalidad autoritaria sigue intacta", denuncian, mientras piden un "diálogo nacional constructivo".

Siria, una vez más, se desangra bajo el yugo de quienes prometieron liberarla. Al Jolani podrá disfrazarse de redentor, pero las 973 tumbas de las últimas 72 horas cuentan otra historia. Y mientras la ONU debate en sus cómodos sillones, el pueblo sirio sigue pagando el precio de la hipocresía internacional y la ambición sin freno.

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