'Super Pokémon Rumble': un cambio algo monótono de la estrategia al rol de acción

El último de ellos, de los que hay disponibles ahora mismo en el mercado, es Pokémon Rumble, un juego que empezó como descargable en WiiWare y ahora da el salto a la portátil 3D de Nintendo.

Lo mejor:

• Poder luchar con nuestros pokémon en tiempo real.
• Usar tipos muy variados que, normalmente, en los otros juegos no utilizamos.

Lo peor:

• El desarrollo peca de ser bastante monótono.
• La idea es buena pero no profundiza demasiado.

Super Pokémon Rumble se aleja de la premisa original de ser un entrenador pokémon. En este juego nos olvidamos de las pokéball, los gimnasios y las medallas. Pikachu y compañía son juguetes que viven sus propias aventuras de fantasía en un diorama. En este caso nuestro deber es parar una misteriosa amenaza que se cierne sobre la tierra de los juguetes.

Además de olvidarnos de los entrenadores también dejamos de lado los combates por turnos. En esta ocasión nos toca controlar a los pokémon en tiempo real cual RPG de acción. Un soplo de aire fresco que nos invita a jugar de otra forma, olvidarnos por un momento de la estrategia y lanzarnos contra nuestros enemigos.

Cambian las formas, pero no las reglas. Nuestros pokémon tendrán sus respectivos tipos y ataques, por lo que se conserva (con ligeros matices) el sistema de fortalezas, debilidades, estados alterados, etc. A nuestra disposición tenemos todos los movimientos originales con diferentes tipos: corto alcance, largo alcance, más rápidos de ejecutar, más lentos...

El juego se estructura a través de una historia que nos lleva por diferentes regiones del mundo de juguete. En ellas, divididas en varias partes, nos encontramos escenarios que tenemos que ir superando para progresar. Cada uno de ellos con una temática diferentes que nos avisa del tipo de criaturas que nos vamos a encontrar.

El desarrollo de cada una de estas fases es sencillo. Entramos con nuestro pokémon, al que podemos cambiar por otro en nuestro equipo en cualquier momento, y vamos acabando con todos aquellos que van apareciendo. Una fórmula sencilla pero que según vamos avanzando se vuelve algo tediosa y aburrida.

Cada vez que derrotamos a un pokémon hay una probabilidad de que este caiga sobre el suelo y podamos recogerlo para ampliar nuestro equipo. A diferencia del juego tradicional no hay equipos de seis, ni podemos entrenarlos para que evolucionen. Cuando los recogemos vienen con un nivel de ataque (que no va del 1 al 100) y lo único que podemos es cambiar sus movimientos.

Sobre el papel, la idea de poder jugar con un toque de acción es bastante atractiva. Sin embargo según avanzamos vemos como los combates adolecen de mucha complejidad y al final el desarrollo se limite a machacar los botones de ataque asegurándonos previamente que tenemos un movimiento muy eficaz contra el tipo de pokémon que aparece en cada escenario.

En cuanto a la dificultad, más de lo mismo. Exceptuando un par de combates puntuales y los contenidos que se desbloquean al final de la historia el juego, el juego es un paseo. No existe una curva de dificultad, lo cual hace que el juego pierda bastante atractivo.

Acabar con la historia principal nos puede llevar unas 20 o 25 horas según nuestra habilidad. Una vez la hemos superado tenemos a nuestra disposición una serie de copas que nos animan a rejugar todos los escenarios para buscar pokémon más fuertes y superar estos desafíos.

Para paliar un poco la falta de variedad el juego incluye un modo multijugador local que nos permite superar las pantallas en compañía de un amigo. En este modo los enemigos son un poco más fuertes y las probabilidades de conseguir pokémon son bastante más altas.

Apartado técnico

Técnicamente el juego es correcto. Sin grandes florituras ni gráficos detallistas el motor nos muestra a los pokémon con una estética de juguete bastante atractiva. Los escenarios, correctos aunque podían haber introducido alguna variación más. El efecto 3D queda reducido a simplemente añadir un poco de profundidad al escenario.

Las melodías son pegadizas y se ajustan bastante bien al tempo y a cada tipo de escenario. Sin embargo a veces tienen a hacerse repetitivas y no cuentan con tanto carisma como las composiciones originales de los juegos que han hecho que Pokémon sea lo que es a día de hoy.

Conclusión

Sobre el papel la idea de Super Pokémon Rumble es buena, el problema radica en la práctica. Si bien es cierto que al principio es entretenido según avanzamos la monotonía va haciendo mella. Ideal para fans de saga, no es el spin-off más interesante de la franquicia pero es divertido aunque podía haber dado más de sí.

Super Pokémon Rumble ya está a la venta para Nintendo 3DS a un precio de 39,95 euros. Cuenta con una calificación para mayores de 7 años, según el código PEGI.