Carlos Tavares, CEO de Stellantis, concedió este fin de semana una entrevista en Les Echos con motivo de la celebración del Salón del Automóvil de París en los meses previos a su relevo del gigante automovilístico, que agrupa marcas como Peugeot, Fiat, Citröen y Opel, en medio de un retroceso en las ventas.
En la entrevista, Tavares habla de los altos costes de producción de la industria automovilística europea y de la irrupción de los más baratos, y temidos, coches eléctricos chinos. Unas semanas después de que la UE haya confirmado los aranceles a Pekín alegando las subvenciones con las que China está dopando a su industria, el empresario sostiene que no servirán de nada y que incluso este tipo de medidas (contra las que se han posicionado empresas como Volkswagen y el principal productor de automóviles de Europa, Alemania) pueden ser contraproducentes.
Cierre de fábricas europeas
"Eso no ayuda. Los fabricantes chinos invertirán para levantar fábricas en suelo europeo y eludir así las sanciones. Y financiarán el pago de la huella de carbono en Europa gracias a los subsidios estatales", apunta el jefe de Stellantis, que afirma que "no debería sorprendernos" que como consecuencia "se cierren plantas en Europa por la sobreproducción" de vehículos.
"Si los chinos se hacen con el 10 % del mercado en Europa al término de su ofensiva, eso son 1,5 millones de coches. Equivale a siete plantas de montaje. Los constructores europeos tendrán que cerrarlas o venderlas a los chinos. De eso no habla nadie", añade.