La bombona de butano tradicional, de 12,5 kilogramos, vuelve a encarecerse tras la última revisión bimestral. Desde este 19 de noviembre, su precio ha aumentado hasta los 16,61 euros, 68 céntimos más que en la revisión anterior. Este incremento supone un aumento del 9,7% en comparación con el coste de hace un año, cuando se situaba en 15,14 euros, según informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
El ciclo estacional de precios del butano, caracterizado por subidas durante los meses más fríos y descensos en primavera y verano, parece haberse recuperado tras un periodo de alteraciones que comenzó en 2021. Este aumento, sin embargo, no agota el margen de subida permitido, del 5%, quedándose en un 4,27%.
Un precio que se estabiliza, pero no desciende
El actual sistema de fijación de precios del butano, en vigor desde 2015, establece revisiones bimestrales en las que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico evalúa diversos factores. Entre ellos se encuentran la cotización internacional del butano, los costes de transporte (fletes), el tipo de cambio euro-dólar y los costes de comercialización.
En esta ocasión, el aumento se atribuye principalmente al incremento del 9,05% en la cotización internacional de la materia prima. Otros factores, como los fletes o la evolución del euro frente al dólar, han tenido un impacto menor y han contribuido a mitigar ligeramente la subida.
El nuevo precio de 16,61 euros afecta exclusivamente a la bombona de butano tradicional, que representa el 78% del consumo total de este tipo de gas en España, con 53 millones de bombonas utilizadas al año. Por su parte, las bombonas de precio liberalizado, destinadas a usos más específicos, mantienen tarifas que superan este precio regulado.
El comportamiento histórico de los precios del butano y la tendencia al alza de las variables implicadas apuntan a una posible nueva subida en la próxima revisión, prevista para enero de 2025. Según los últimos datos disponibles, la cotización internacional del butano sigue aumentando, aunque a un ritmo más moderado.
Además, los fletes han registrado incrementos recientes, mientras que el euro ha mostrado una depreciación significativa frente al dólar. Este panorama hace poco probable una bajada de precios en la siguiente revisión. En cambio, podría darse un aumento que sitúe el coste de la bombona por encima de los 17 euros, cifra que no se alcanza desde la crisis derivada de la guerra en Ucrania.
Los paros de repartidores podrían afectar al suministro
A los efectos de la subida de precios se suman los paros por parte de los repartidores de bombonas, quienes demandan un incremento en la tarifa que perciben por cada unidad entregada. Actualmente, reciben 25 céntimos por bombona y exigen que se eleve a 4,8 euros.
Desde principios de noviembre, estos paros han generado preocupación entre los usuarios debido a la posibilidad de interrupciones en el suministro. Uno de los paros está programado para el jueves de esta misma semana, mientras que otro se ha convocado para el viernes 29 de noviembre, ha explicado la OCU.
El encarecimiento del butano afecta especialmente a los hogares que dependen de esta fuente de energía, mayoritariamente en zonas rurales o en áreas donde las alternativas son limitadas. Este colectivo suele coincidir con consumidores con menores recursos, quienes deben asumir un gasto adicional en un contexto de subida generalizada de precios.