Raül Blanco ha dejado la presidencia de Renfe después de menos de dos años al frente de la empresa pública. La salida es por "motivos personales", aunque su gestión ha estado marcada por problemas recurrentes y la presión del entorno ferroviario. Blanco asumió el cargo en 2023 en sustitución de Isaías Táboas, quien dimitió tras el escándalo de los trenes de cercanías que no cabían por los túneles de Asturias y Cantabria.
Durante su etapa al frente de Renfe, Blanco centró su labor en hacer frente a la competencia en alta velocidad, especialmente de las compañías low cost como Ouigo e Iryo. Para fortuna del consumidor, ambas empresas han planteado una agresiva guerra de precios que ha reducido drásticamente las tarifas, especialmente en el corredor Madrid-Barcelona. Esta lucha ha incrementado la presión sobre las cuentas de la compañía, que sigue operando en números rojos.
Las pérdidas económicas persisten
Renfe logró en 2024 reducir sus pérdidas en comparación con 2023, pero la situación económica sigue lejos de estabilizarse. En concreto, la filial de transporte de viajeros cerró el último año con unas pérdidas de 43,16 millones de euros, frente a los 65 millones del ejercicio anterior.
Los trenes Avril, un problema constante
Entre los principales desafíos de la gestión de Blanco han estado los constantes retrasos y averías de los trenes de la compañía y, especialmente, la renovación de la flota de Renfe. En 2016, la compañía adquirió 40 trenes Avril a Talgo por un valor de 1.500 millones de euros. Esta compra debía modernizar los servicios de alta velocidad, pero su llegada en mayo de 2024 se convirtió en un foco de problemas.
Desde su puesta en marcha, los trenes Avril han acumulado continuas averías que han dañado la imagen de Renfe. Los retrasos han sido constantes en las líneas que utilizan este modelo, lo que ha generado quejas de los viajeros y afectado la puntualidad de los servicios. El incidente más grave ocurrió el pasado 1 de enero, cuando un fallo informático dejó fuera de servicio a toda la flota de trenes Avril. Más de 14.000 pasajeros se vieron afectados, y la avería no se resolvió hasta la madrugada del día siguiente.
Este tipo de problemas no solo han debilitado la estrategia de Renfe para consolidar su posición en España, sino también su expansión internacional, especialmente en Francia. Además, la crisis de los Avril ha salpicado a otras instituciones, como Adif, cuyo expresidente Ángel Contreras dejó el cargo debido a las continuas incidencias en las infraestructuras ferroviarias.
Raül Blanco deja Renfe en un momento de incertidumbre, con la empresa aún lejos de alcanzar la estabilidad económica y la modernización completa de su flota.