
La del tabaco es una de las industrias sobre las que pesa un mayor estigma debido, en gran medida, a la persecución de las autoridades. Y es que, aunque los efectos nocivos del tabaco sobre la salud sean evidentes, con la excusa de proteger a los menores y advertir de los posibles riesgos inherentes a su consumo, nuestros gobiernos han cercenado sistemáticamente la libertad de los fumadores adultos españoles en materia de salud. Precisamente por el exhaustivo control que debe soportar, así como por los cambios culturales que se han producido en este sentido, la industria del tabaco se reinventa tratando de ofrecer nuevas alternativas menos tóxicas para los fumadores.
Así, una de las empresas pioneras es Philip Morris, que el pasado miércoles 26 de marzo anunció la certificación de la hoja de tabaco de Extremadura para su uso en tabaco calentado en un acto oficial celebrado en la localidad extremeña de Talayuela en el que participaron la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, la consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Junta de Extremadura, Mercedes Morán, el alcalde de Talayuela, Roberto Baños, la diputada delegada de agricultura de la Diputación de Cáceres, Angélica García, entre otras autoridades.
Innovación en el tabaco
Actualmente, la principal alternativa al tabaco de combustión es, precisamente, el tabaco calentado. Como explican desde la European Lung Foundation, en este tipo de productos "el tabaco se calienta a una temperatura alta, pero no se enciende", por lo que, como consecuencia, "no crean el humo habitual del cigarrillo, sino un vapor que el usuario inhala".
Al respecto, desde la Philip Morris explican que "España se coloca a la cabeza de Europa al ser de los primeros países cultivadores de tabaco junto a Italia, en conseguir esta certificación que busca la sostenibilidad de este cultivo". Así, el director de hoja de Philip Morris para Europa, Cesare Trippella, destacaba en su intervención en el acto celebrado en Extremadura que "estamos convencidos de que el tabaco de Extremadura tiene futuro y, lo más importante, tiene continuidad para las nuevas generaciones de cultivadores de tabaco".
Del mismo modo, Daniel Cuevas, presidente de Philip Morris España, quiso subrayar la importancia de que el sector ofrezca productos menos tóxicos a los consumidores de tabaco, enfatizando que desde la propia industria "nos jugamos mucho ante los crecientes desafíos regulatorios tanto en Europa como en España y por ello, es clave más que nunca que estemos unidos como sector y apostemos por la innovación". Por este motivo, además, expresó que el sector del tabaco tiene "el derecho y el deber" de innovar, para lo cual consideran necesario también el diálogo con las instituciones.
Por su parte, las autoridades institucionales presentes en el evento quisieron mostrar su apoyo al sector tabaquero de Extremadura. De este modo, Mercedes Morán, la consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Junta de Extremadura, enfatizó que "hay mucha gente que quiere acabar con este sector y nos tienen en frente".
Además, a pesar de su ausencia, María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura, dejó grabado un vídeo en el que expresó su compromiso con el sector. De hecho, recientemente la Asamblea de Extremadura ha decidido mostrar su apoyo al modelo productivo del tabaco, destacando la necesidad de que las medidas regulatorias sean "proporcionadas".
Importancia del sector
Cabe destacar que España es el quinto fabricante de productos de tabaco y el segundo productor de hoja de tabaco en Europa. De hecho, la producción española supone casi el 20% del total de la UE. De este modo, de acuerdo con los datos proporcionados por la Mesa del Tabaco, el sector tabaquero español contribuye con más de 3.300 millones de euros al PIB de nuestro país, empleando además a más de 53.000 personas.
En este sentido, la región más importante de España en la producción de tabaco es Extremadura, responsable del 98% del cultivo total de tabaco en nuestro país, que aporta al PIB de la comunidad más de 90 millones de euros. Del mismo modo, de acuerdo con el Ministerio de Industria, en el año 2021 las exportaciones de tabaco sin elaborar ascendieron a 70 millones de euros, siendo responsable Extremadura del 97%.
Por todo ello, la empresa Philip Morris, principal compañía del sector a nivel mundial, está apostando por Extremadura para liderar la industria a nivel mundial. De hecho, en la última década la multinacional ha invertido cerca de 230 millones de euros en la compra de tabaco extremeño. Además, en el año 2021 la empresa estableció su principal centro de servicios digitales de información para consumidores de tabaco calentado.
Proceso de producción
En este contexto, en una visita a una cooperativa de la zona y a la fábrica de Cetarsa en Talayuela, Libertad Digital pudo conocer de primera mano todos los detalles del proceso de fabricación del tabaco que se lleva a cabo en la región extremeña.
El primer paso, tras la plantación y florecimiento de la planta de tabaco, que requiere de regadío, temperaturas templadas y niveles óptimos de humedad (dado que es una planta tropical), es el de la recogida, que se extiende entre los meses de julio y noviembre, en el cual se busca obtener su hoja antes de que despunte la flor.
Así, conforme van madurando, estas plantas son llevadas a los centros de secado, donde se deposita "en verde" y se trata de desechar todos los elementos extraños, tales como brotes y hojas marrones. De este modo, tras aproximadamente una semana secándose, finalmente es llevada a las fábricas para su procesamiento.
Una vez en la fábrica, en primer lugar se produce el proceso de compra, ya sea en fardos o en cajas, tras lo cual comienza un proceso de acondicionamiento de la hoja de tabaco mediante el que se envasan las hojas en cajas y, posteriormente, después de haber sometido al producto a las condiciones necesarias de humedad y temperatura, se preselecciona, se selecciona (es decir, se realiza una selección exhaustiva de las hojas), se seca y se prensa y empaca.
Del mismo modo, para las variedades Virginia y Burley E., se lleva a cabo un proceso de mezcla y acondicionamiento destinado a la producción de los cigarrillos rubios. En concreto, este proceso se desarrolla desde la fase de preselección, la entrada del tabaco en cajas y en fardos y la selección de las hojas.
Además, durante este proceso se desarrolla también un procedimiento conocido como "batido", en el cual, como explican desde Cetarsa, "se produce la rotura controlada y separación de la hoja de su vena central, obteniéndose distintos tamaños de hoja (parénquima) y venas". De este modo, se separan las hojas de las venas y, posteriormente, se resecan para después ser prensado y, de nuevo, empacado.
De esta forma, se obtienen distintos productos y subproductos de la hoja de tabaco: strips, vena larga, vena corta, scraps y finos.
Finalmente, la producción de tabaco culmina con el control de calidad, que se lleva a cabo tanto en un laboratorio físico (en el cual se realizan pruebas de humedad, pruebas de fitosanitarios y es validado por el cliente) como en un laboratorio químico (donde se analizan diferentes parámetros del tabaco, como la nicotina, los cloruros, los fertilizantes y la cantidad de arena).


