
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha logrado sacar adelante una de las promesas que había realizado hace tiempo en materia laboral y que, sin embargo, no había conseguido que prosperara: el Estatuto del Becario. Así, este martes el Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del Ministerio de Trabajo, este proyecto con el que se "delimita las actividades formativas y las estrictamente laborales y, por otra, determina el régimen jurídico de las personas durante el tiempo que desarrollan esta actividad formativa en una empresa, institución u organismo público o privado".
En este sentido, el Gobierno defiende en su comunicado que "el cambio de denominación del Estatuto y la sustitución del término «becario» por el de «persona en prácticas formativas no laborales» permite pasar página de un concepto que ha sufrido una gran degradación a lo largo del tiempo para dar paso al reconocimiento de los derechos de las propias personas en formación y también de las personas trabajadoras". Además, incide en que "las personas becarias no deben ser trabajadoras y trabajadores Low cost", añadiendo que "la experiencia formativa no puede estar basada en la precariedad".
Persecución contra las empresas
Pero ¿cuáles son las claves de este nuevo Estatuto? De acuerdo con el anuncio del Ejecutivo, esta iniciativa "abarca los periodos de formación práctica vinculada a grados del sistema de formación profesional, a enseñanzas artísticas o deportivas del sistema educativo, a especialidades formativas del sistema nacional de empleo y a prácticas universitarias curriculares y extracurriculares".
Por otra parte, el Estatuto también "evitará figuras como la de los falsos becarios y becarias y promoverá la igualdad entre mujeres y hombres en el acceso a las prácticas no laborales". Por ello, la normativa exigirá que exista "una vinculación directa entre la actividad desarrollada en la empresa, que deberá ajustarse al contenido formativo recogido en el plan de formación individual, y las competencias del itinerario formativo al que se asocia la práctica".
En este sentido, el nuevo Estatuto de Yolanda Díaz también pretende que la formación de los trabajadores sustituya las funciones de un trabajador por cuenta ajena. De hecho, se establece también que "las prácticas no laborales estarán tutorizadas por una persona que podrá tener, como máximo, a cinco personas en formación práctica a su cargo", prohibiendo además que el número de personas en prácticas no laborales supere el 20% de la plantilla de la empresa.
Con todo, al igual que con el registro de la jornada laboral, el Ministerio también quiere impulsar la labor de la Inspección de Trabajo para perseguir a las empresas y asegurarse de que cumplan con los requisitos establecidos en el Estatuto. "La Inspección de Trabajo y Seguridad Social tendrá acceso a la documentación asociada a estas prácticas formativas no laborales y la planificación anual de este organismo incluirá actuaciones inspectoras de vigilancia del cumplimiento de esta norma", subraya el Ejecutivo al respecto.
Por tanto, como vemos, la implementación del nuevo Estatuto del Becario impulsado por Yolanda Díaz en realidad supone una excusa más para que el Gobierno pueda perseguir, aún más, a las empresas de nuestro país.
Nuevo ‘show’ de Yolanda Díaz
Como acostumbra a hacer, durante la comparecencia en la que ha comentado los principales detalles del Estatuto del Becario y ha justificado la puesta en marcha de esta medida, la ministra de Trabajo ha protagonizado un nuevo espectáculo en el que ha denunciado las injusticias que se comenten contra los trabajadores en prácticas. De este modo, ha leído varias ofertas de prácticas laborales, expresando al mismo tiempo su interpretación al respecto.
"’Ambiente joven, dinámico y con alma’. Les voy a traducir esto es trabajar más de 12 horas", ha comenzado detallando. "’Café gratis, equipo cercano y mucho espíritu de colaboración’. Esto claramente es que no pagan; le dan café a la gente que se está formando", ha expresado tras leer otra oferta de prácticas. Asimismo, ha continuado leyendo más anuncios: "’Desarróllate profesionalmente en un ambiente dinámico y con muy buen ambiente. Salario no disponible’. Estos son otros que tampoco pagan".
Yolanda Díaz lee ofertas "reales" tras aprobar el Estatuto del Becario: "'Ambiente joven, dinámico y con alma'. Traduzco: trabajar más de 12 horas. 'Café gratis y espíritu de colaboración'. Esto es que no pagan, dan café a la gente que se está formando" pic.twitter.com/IBQSb27s7L
— Libertad Digital (@libertaddigital) November 4, 2025
En este contexto, Yolanda Díaz ha lamentado que estos anuncios se publiquen a día de hoy en nuestro país. "No es de el siglo XX, del fordismo. No, es de ayer, de la España de ayer", ha aseverado en este sentido. Así, ha interpelado a los periodistas presentes, indicando que "ustedes se ríen porque seguramente en esta sala muchos de ustedes han sido, ya me asienten con la cabeza, como yo, los mal llamados becarios o becarias, es decir, personas que se estarían formando no laboralmente en nuestro país y seguramente lo han hecho sin ningún derecho".
De este modo, la ministra de Trabajo no ha dudado en indicar además que estos casos "no son una anécdotas", puesto que "las personas en prácticas no profesionales en España son 1.655.618 personas, de las que, como siempre, el sesgo de género importa, el 56% son mujeres (...)", añadiendo que "una de cada diez de las personas asalariadas en nuestro país están en esta situación".
Los jóvenes, los más perjudicados
Aunque el Gobierno insista en la necesidad de esta iniciativa, tendrá consecuencias que perjudicarán, especialmente, a los más jóvenes. Lo cierto es que esta medida es otro ejemplo de cómo muchas de las políticas económicas que se ponen en marcha por parte de los gobiernos, al no tener en cuenta la lógica del mercado, finalmente producen unos resultados contrarios a los objetivos que originalmente se pretendían lograr.
Esto es así en la medida en que la normativa implica más obligaciones y trámites para las empresas y las universidades, que tendrán cumplir con muchas más exigencias en relación con las prácticas no laborales que realizan los becarios. En consecuencia, los jóvenes se verán perjudicados por esta iniciativa en tanto que se ponen más trabas a uno de los instrumentos que existen para fomentar la incorporación de los estudiantes al mercado de trabajo.


