
La elección de Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York envía un mensaje poderoso a escala global. En el mismo corazón del capitalismo mundial, ha ganado un socialista. Frank Sinatra cantó una vez en su famoso himno, "New York, New York":
"Si puedo lograrlo allí,
Lo lograré en cualquier lugar,
Depende de ti.
Nueva York, Nueva York"
Esa frase ahora suena de manera diferente para los socialistas de todo el mundo. La victoria de Mamdani tiene una importancia global. Incluso es posible que el año que viene un socialista se convierta en alcalde de Berlín —las encuestas actuales sugieren que esa posibilidad es real.
Cuando publiqué mi libro El capitalismo no es el problema, es la solución (Unión Editorial) los críticos me acusaron de pelear contra un enemigo —los anticapitalistas— cuya ideología, según ellos, ya había quedado relegada a la irrelevancia. No estaba de acuerdo, y en ese libro, así como en muchos artículos que ha publicado LD, predije un renacimiento del anticapitalismo.
El éxito de Mamdani envalentonará a los anticapitalistas de todo el mundo. El candidato socialista hizo campaña con el lema de que no debería haber multimillonarios, una idea que solo puede existir dentro de un marco socialista. Según Forbes, solamente en Cuba, Corea del Norte y algunos de los países africanos más pobres se da tal circunstancia y no hay multimillonarios. De hecho Suecia, en términos per cápita, tiene más multimillonarios que Estados Unidos, habiendo dejado atrás décadas de socialismo.
El excampeón mundial de ajedrez, disidente ruso y crítico tanto de Putin como de Trump, Garry Kasparov, advirtió en X:
"Los mayores riesgos de una alcaldía de Mamdani se verán cuando las cosas no salgan bien. La naturaleza del populismo y del socialismo lleva a redoblar la apuesta, no a corregir el rumbo. Más control, más centralización. La gente que está peor es la más vulnerable a las amenazas y promesas del gobierno".
Ese es precisamente el peligro. Mamdani, como todos los socialistas antes que él, inevitablemente no podrá cumplir sus promesas. Pero él y sus aliados no se culparán a sí mismos.. En su lugar, señalarán a otros —en particular a Donald Trump, quien ya declaró que no aportará a Nueva York "más del mínimo requerido" en términos de transferencias de fondos federales.
Los socialistas siempre necesitan chivos expiatorios para justificar sus fracasos. El desastre de Venezuela, donde el 30 % de la población ha huido desde que los socialistas tomaron el poder en 1999 y el 80 % de los que quedan vive ahora en la pobreza, se justifica ahora culpando a las sanciones estadounidenses. Lo mismo ocurre con Cuba y Corea del Norte: los socialistas afirman que su miseria no existiría sin sanciones estadounidenses. Por lo tanto, la amenaza de Trump, aunque comprensible, es poco acertada, puesto que recortar o reducir fondos federales para Nueva York solo daría a los socialistas una excusa conveniente cuando las cosas salgan mal.
La victoria de Mamdani fue impulsada en gran medida por el creciente sentimiento anticapitalista entre los jóvenes neoyorquinos. Una encuesta realizada una semana antes de las elecciones reveló que el 64 % de los votantes de 18 a 34 años pensaba votar por Mamdani, frente al 50 % de los de 35 a 49 y solo el 33 % entre los mayores de 65.
Yo mismo encargué una encuesta en 34 países para medir la imagen global del capitalismo. Los resultados fueron llamativos: en solo seis de los 34 países el capitalismo tenía una imagen positiva. Y, aunque en Estados Unidos encontré que la percepción general del capitalismo sigue siendo positiva, lo cierto es que eso está cambiando entre las generaciones más jóvenes. De hecho, un sondeo de Ipsos MORI realizado hace cuatro años mostró que la mayoría de los estadounidenses menores de 30 rechazaba el capitalismo.
Como escribí en mi libro En defensa del libre mercado (Unión Editorial), Las mayores diferencias en Estados Unidos son entre grupos de edad. La opinión hacia la libertad económica depende más de la edad que de cualquier otro factor socio-demográfico (como ingresos, género o educación). Cuanto más jóvenes son los estadounidenses encuestados, más probable es que apoyen la intervención estatal en la economía.
Solo el 21 % de los encuestados menores de 30 se mostró de acuerdo con la aseveración que sostiene que "puede que el capitalismo no sea ideal, pero sigue siendo mejor que todos los demás sistemas económicos conocidos", frente al 51 % de acuerdo registrado entre los mayores de 60. En ningún otro país estudiado la brecha generacional respecto al capitalismo fue tan marcada como en Estados Unidos.
A escala global, también está aumentando el anticapitalismo —especialmente entre los jóvenes. En las últimas elecciones federales alemanas, el partido socialista Die Linke fue el más votado entre los jóvenes votantes.

Poco antes del colapso de la RDA, Erich Honecker dijo: "Ni buey ni burro pueden detener el curso del socialismo".
Los defensores del capitalismo deben despertar y hacer todo lo posible para asegurarse de que no termine teniendo razón, después de todo.
