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Madrid

El coordinador del Zendal habla de los sabotajes: "Han robado cosas inservibles y hasta tirado empapadores al WC"

Fernando Prados explica a Libertad Digital los actos de sabotaje sufridos en el Zendal y adelanta que se van a denunciar los hechos a la Policía.

Fernando Prados explica a Libertad Digital los actos de sabotaje sufridos en el Zendal y adelanta que se van a denunciar los hechos a la Policía.
Un enfermo en el Hospital Isabel Zendal de Madrid. | EFE

En conversación telefónica con Libertad Digital tras las primeras noticias sobre los sabotajes que está viviendo el centro, el coordinador general del Hospital Enfermera Isabel Zendal, Fernando Prados, se esfuerza mucho en defender a la gran mayoría de su plantilla: "Sería injusto que esto manchara al personal que está aquí", dice, asegurando que la inmensa mayoría de los trabajadores del centro —que ya son casi 1.300— está "perfectamente integrado".

Pero al mismo tiempo admite que la sucesión de pequeños problemas que ha vivido el centro no es una casualidad y admite que no ha vivido algo así "en mi vida" en ningún hospital: "Te puedes encontrar que en las taquillas se robe un día, que se caiga algo a un váter y quede inutilizado o que se pierda un objeto, cosas puntuales, pero no todas al tiempo, han coincidido demasiadas cosas".

Además, admite con pesar que el sabotaje viene de dentro: "No van a ser más que dos o tres, pero no hay otra posibilidad", dice antes de explicar lo obvio, que "los pacientes no tienen ánimos" y, sobre todo, que los hechos ocurren con demasiada frecuencia: "Es muy reiterativo, es demasiado".

"No le sirve para nada a nadie"

Del mismo modo, la naturaleza de los hechos descarta tanto las casualidades como que se trate de simples robos, ya que lo hurtado no tiene otro uso que no sea hospitalario y tampoco puede revenderse, sean los laringoscopios que han desaparecido de los carros de enfermería o "piezas de los ventiladores que no sirven para nada, lo único que hace es inutilizar aparatos".

Tampoco pueden ser fruto de la casualidad cosas como, por ejemplo, que un váter quede inutilizado porque se ha tirado un empapador —las piezas de tejido absorbente que se colocan en las camas para no manchar las sábanas— dentro: "En un váter puede caerte un rollo de papel higiénico y que luego no lo recojas, pero empapadores no hay en los baños, tienes que llevarlo hasta allí".

Otro problema habitual han sido máquinas que se desenchufaban continuamente, lo que ha llevado incluso a tener que insertar algunos enchufes dentro de las paredes, pero incluso así se ha cortado al menos un cable.

La situación ha llegado a un punto en el que la dirección del hospital ha tenido que reforzar la seguridad: "Ya hemos puesto medidas", nos explica Fernando Prados, con un refuerzo de la seguridad y, además, "todos los días hay una ronda con personal de seguridad y de mantenimiento".

Habrá denuncia a la Policía

Todavía no se ha presentado la correspondiente denuncia, pero Fernando Prados adelanta a Libertad Digital que sí "se está preparando una denuncia a la Policía, lo vamos a hacer" y que si no se ha hecho antes es porque se está recopilando toda la información posible sobre las piezas robadas, lo que lleva un cierto tiempo".

Tanto el consejero de Sanidad, Enrique Ruíz Escudero y la presidenta Isabel Díaz Ayuso también anunciaron este martes que la Comunidad está desarrollando una investigación y los hechos se llevarán ante la Justicia.

La otra duda es por qué no se habían denunciado públicamente los hechos. El coordinador general del hospital nos explica las razones por las que "no querían darle más difusión" y, lógicamente, la principal son los pacientes: "No quiero que se sientan inseguros, preferiría que no se enterasen ni ellos ni los familiares" porque, especialmente después de tantas polémicas, "imagina lo que pensarían si saben que hay gente boicoteando" el hospital: "No quiero que vengan con ansiedad".

En este sentido, recalca que la situación en ningún caso ha llegado a suponer que ningún enfermo haya corrido riesgo alguno: "El daño que están haciendo" estos sabotajes a los pacientes "ni les ha llegado ni les va a llegar", nos asegura, explicando que, por ejemplo, cuando se roban piezas de ventiladores "tenemos de sobra y, cuando se estropea uno, se cambia, si hay un problema inmediatamente se pone la solución".

Además, vuelve a insistir en preservar el buen nombre de los trabajadores del hospital: "No quiero que se estigmatice al profesional que viene aquí, la inmensa mayoría está perfectamente integrado, sin ningún problema". De hecho, recuerda que "los pacientes, y ya hemos tratado a más de 1.500 y en este momento tenemos más de 500, salen diciendo que los profesionales les han tratado fenomenal".

¿Qué pasó con los guisantes con moho?

Ante estos hechos es obvio que es necesario reconsiderar que algunas cosas vividas en el Isabel Zendal pueden tener un origen distinto a lo que se pensaba o a lo que se había hecho creer a la gente, como el famoso episodio de los guisantes con moho que se sirvieron a un paciente.

A este respecto Fernando Prados dice que, por supuesto, no acusan a nadie y no pueden estar seguros de lo ocurrido realmente, pero que la empresa encargada de las comidas, Eures, "nos ha pasado todo el proceso que siguen estos platos" hasta llegar al enfermo, "me han enseñado todos los controles y me han demostrado que lo que ocurrió ese día es imposible que pase".

Aún así insiste en que no va "a culpar a nadie" y se muestra convencido de que no puede ser "que nadie lo haya hecho con mal ánimo", pero deja muy claro que "los controles son absolutamente estrictos" y no hay ninguna comida que no los siga y, sobre todo, que "con toda seguridad no va a volver a ocurrir" algo semejante.

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