A Isabel Díaz Ayuso sólo se le quebró la voz un momento durante su importante discurso de clausura del congreso del PP de Madrid, donde salió elegida presidenta con más del 99% de los votos. Fue al recordar a su familia. Y es que si ha habido algo que le ha dolido profundamente a la presidenta de la Comunidad de Madrid durante todos estos meses de hondo desgaste, que tuvieron su cénit con la implosión del partido, ha sido su familia: el presunto espionaje a los suyos y el cuestionamiento de su hermano por su participación en el famoso contrato con Priviet Soportiv para la compra de mascarillas por parte de su Gobierno. Y por encima de todo ello, su padre, fallecido hace unos años.
"De mi familia poco puedo decir más; pedirles disculpas y darles las gracias. Disculpas porque es una familia normal y corriente a la que le han robado la tranquilidad y el anonimato; que está pagando como nadie apellidarse Díaz, y no digamos Ayuso, pero que nunca eligió esta situación. Gracias por ser un ejemplo. Lo que nunca han podido quitarle a mi familia es el humor, la autenticidad y la fortaleza. Y así me contestan siempre: ‘nosotros estamos bien si tú estás bien’", dijo entre un caluroso aplauso.
En este congreso, que cierra heridas internas, la flamante presidenta de los populares madrileños no quiso detenerse en el pasado. No hubo apenas referencias veladas al que un día fue su amigo íntimo y que después quiso convertirse en su verdugo. Pero sí quiso tener unas palabras para los que se atrincheraron con ella cuando el fuego amigo se volvió más virulento. "Quiero dar las gracias a mi gabinete por ser el mejor equipo del mundo; quiero dar las gracias a Álvaro, a José Luis Carreras, que son tan profesionales que me sorprenden cada día y a veces pienso que qué sería de mí sin ellos".
Y por supuesto, a Miguel Ángel Rodríguez, su todopoderosa mano derecha que estuvo en primera línea de batalla contra la anterior dirección nacional del PP, encabezada por Pablo Casado y Teodoro García Egea. Fue pronunciar su nombre y una estruendosa ovación recorrió el salón de Ifema donde se celebraba el acto. "He conocido a pocas personas más trabajadoras, valientes y divertidas. Es listo como un lince y, aunque no debería decirlo mucho, porque me gusta que le teman, es una gran persona. ¿Quieren hacer política y pasarlo realmente bien? Llamen a Rodríguez, aunque por el momento está ocupado".
Y hasta aquí todo lo que pudiera recordar a la guerra fratricida vivida en el PP. Ayuso centró su discurso en una férrea oposición al Gobierno de Pedro Sánchez, en plena sintonía con el nuevo presidente Alberto Núñez Feijóo, quien tuvo la deferencia de dejarle a ella la clausura de su congreso.
"Que me diga Dios qué hay que hacer para llevarte a la Moncloa"
"Querido Alberto, qué difícil se hace hablar detrás de ti. Es todo un honor, te agradeceré eternamente este gesto que te honra como tantos otros. Es el momento político más importante de mi vida y ya siempre quedará marcado por ti, por tu confianza, por tu compromiso y por tu buen hacer. Gracias", dijo al comenzar. Pero también tuvo palabras para él al terminar.
"Gracias presidente por tu confianza porque esto es posible gracias a ti. Te honra el paso que has dado. Yo no me puedo imaginar lo que es despojarme de un proyecto como es el de la presidencia de un gobierno como el de la Comunidad de Madrid, con todo lo que he puesto en ello, y dar un paso para ponerme al frente de toda España. Los dos somos compañeros, ahora hay una jerarquía, pero lo hemos sido durante los momentos más difíciles de la pandemia y hemos peleado como titanes para sacar esto adelante".
Y le prometió: "No te vamos a fallar desde Madrid y que me diga Dios qué hay que hacer en esta vida para darlo todo para que pronto llegues al Gobierno de España. Lo haremos".
Pero Ayuso no se quedó ahí. Quiere dejar claro que la conexión con Feijóo y su apoyo es total y sin fisuras. "Podrán intentar buscar fricciones —lógico, esto es política— divisiones… Nosotros no, somos puzzles, somos piezas que formamos esta gran familia del PP y tú vas a ser el presidente del Gobierno. Madrid es la retaguardia, es la España con ganas, Madrid es el gobierno que los españoles se están perdiendo hasta que el PP vuelva a la Moncloa, cuando será tu momento. Y tendrás a este equipo de tabernarios, a estos españoles con ganas, a tu entera disposición, presidente".
Pero también quiso manifestar que sus aspiraciones empiezan y acaban en Madrid, como se ha encargado de repetir en numerosas ocasiones. Para ello, esta vez utilizó una frase del texto de homenaje a los caídos del Ejército. "Querer a Madrid es mi pasión eterna. No quiero servir a otra bandera, no he querido andar otro camino y no sé vivir de otra manera".
"El socialismo no funciona"
La presidenta del PP de Madrid y de la Comunidad arremetió con dureza contra el Gobierno de PSOE y Podemos, porque todo lo que está pasando en el conjunto del país "a Madrid le importa, aquí esto nos importa".
"Hoy quiero recordar que Madrid es contrapeso. Madrid no es un terruño al que nada le ha de importar lo que ocurra en otros rincones del país. Muchos nos preguntan que por qué hablamos tanto de España, pero es que aquí no vamos a inventar el regionalismo madrileño, porque aquí somos todos Madrid". "Nosotros por experiencia y por acogida estamos obligados a defender principios e ideas. A enfrentarnos al populismo, al comunismo y a las tiranías. A corregir a los señores de la izquierda que nos imponen cómo sentirnos como mujeres y nos dan lecciones".
Y, en concreto, se refirió a los ministros de Podemos que conforman el Ejecutivo, "la vergüenza de Europa", encarnados todos ellos en Irene Montero, "una señora que nos da lecciones de feminismo mientras su mayor éxito político es ser la pareja de".
Y avisó de que "por bienintencionados que sean los motivos por los que muchos confían en él, el socialismo no funciona". Esta idea la repetirá en el sur de la Comunidad de Madrid, avanzó. Y es que es esta zona donde Ayuso se volcará para tratar de revertir sus gobiernos y teñir el mapa de azul.
"No hay propuesta simplona e irresponsable de la izquierda que no afecte directamente a la prosperidad y la libertad. Su forma de ver la vida, propia de malcriadas que aspiran a llegar solas y borrachas, desprovistas de responsabilidades ni siquiera ante sus peores decisiones, nos abochorna a la inmensa mayoría de las mujeres, que trabajamos cada día por sacar adelante nuestro país".
El PP debe dar la batalla cultural e ideológica
Y como ya hiciera el viernes ante la prensa, Díaz Ayuso reiteró que apuesta por un PP que "no sólo sabe gestionar" sino que tiene ideas y convicciones. Y, a diferencia de lo ocurrido en anteriores etapas del partido, debe dejar en esto su impronta.
"No me resigno: igual de mal está el que busca problemas porque es un insensato o un resentido, como el que huye de los mismos porque es un cobarde o un vago. El centro derecha no puede dejar que la izquierda colonice problemas y pervierta hasta las palabras y pasar después arreglar solo la economía mientras se asientan las transformaciones ideológicas de la izquierda. El PP ha de dejar su sello, el de sus convicciones e ideas en la construcción y la defensa de la realidad. No debemos perder el sentido de la misma, esa que la izquierda no tiene o detesta".
La presidenta del partido quiso también dar las gracias a todos los madrileños que depositaron su confianza en ella para ser, en este caso, presidenta de la Comunidad de Madrid. "Muchos me dicen: ‘resiste’; ‘valiente". Y lo más bonito que te pueden decir en política: "gracias". Así, parafraseando a su familia, Ayuso quiso devolverles ese cariño. "Como diría mi familia, si ellos están bien, yo también".