
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han estudiado el impacto de Madrid Central en los niveles de tráfico y de emisiones. El trabajo se centra en el periodo en el que estuvo operativo el modelo puesto en marcha por el ayuntamiento de Manuela Carmena, es decir, entre marzo de 2019 y julio de 2020.
Las conclusiones se han publicado en la revista especializada Transportation y son concluyentes: la prohibición de circular por el centro de la capital redujo la circulación en el área prohibida, pero no así en las limítrofes, que tuvieron que soportar más presión.
Es decir, según el profesor Julián Moral-Carcedo, que analizó las intensidades del tráfico antes y después de la puesta en marcha de las restricciones, se dio un comportamiento "asimétrico" entre la zona restringida y las limítrofes, sobre todo en las horas centrales del día, y que disminuía tanto al principio como al final del horario comercial.
Según el responsable del estudio, un área de restricciones como Madrid Central hace que los ciudadanos modifiquen sus rutas habituales para evitarla, con lo que el resultado final es que en las zonas limítrofes aumenta la congestión, los tiempos de viaje y los tiempos de búsqueda de aparcamiento, aspectos todos ellos ligados a mayores emisiones de contaminantes.
Por lo tanto, el autor alerta de que futuras restricciones urbanas, como las que ha puesto en marcha también el Ayuntamiento de José Luis Martínez – Almeida, debería tener en cuenta estos "resultados indeseables" y su "potencial impacto negativo" para los habitantes de los barrios que rodean a las zonas restringidas.