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Madrid

El Gobierno de Ayuso cierra filas frente a la "feroz campaña de la izquierda" y descarta más dimisiones en Sanidad

Desde la consejería rebajan el tono con los médicos y aclaran que la campaña contra los 80 centros 24 horas proviene de los partidos de izquierda.

Desde la consejería rebajan el tono con los médicos y aclaran que la campaña contra los 80 centros 24 horas proviene de los partidos de izquierda.
EFE

La crisis iniciada el pasado 27 de octubre, cuando abrieron los 80 centros sanitarios 24 horas con un 60% de "ausencias sobrevenidas" entre los médicos, alcanzó este viernes su cenit con la dimisión en bloque de los responsables de Atención Primaria del sureste de Madrid y con la ruptura del acuerdo firmando por CCOO, UGT, CSIT Unión Profesional y Satse en la Mesa Sectorial. En la tarde del jueves dimitió también la gerente adjunta de Asistencia Sanitaria de Atención Primaria, Nuria Fernández de Cano.

Desde Sanidad no quieren vincular directamente estas dimisiones con el plan de apertura de los nuevos PAC (Puntos de Atención Continuada), pero tampoco lo niegan. Su trabajo está siendo llevado, de momento, por otros miembros de la consejería, pero Enrique Ruiz Escudero se ha reunido con ellos y les ha expresado su deseo de que vuelvan. "He tenido la oportunidad de hablar con todos ellos. Es un equipo que ha trabajado de forma muy intensa durante todo este tiempo, especialmente desde antes de la pandemia y, desde luego, que hemos recogido cuál es su sentir y les hemos ofrecido la posibilidad de continuar. Tienen las puertas abiertas para seguir haciéndolo", informó este viernes el consejero.

Eso sí, desde Sanidad niegan "rotundamente" que vaya a haber más dimisiones en el resto de direcciones asistenciales, tal como había insinuado la portavoz de Más Madrid a través de Twitter. "Otros altos cargos [están] reunidos valorando dimitir", afirmó Mónica García, que volvió a pedir el cese del responsable sanitario. Desde la Puerta del Sol descartan la destitución en estos momentos de Escudero, cuyo nombre suena con fuerza para ser el candidato del PP a la alcaldía de Pozuelo. "Esa petición de Mónica García es lo de siempre. Nada nuevo", resumieron a Libertad Digital.

La situación fue empeorando según pasaban los días. Primero se consiguió llegar a un acuerdo con todos los sindicatos del que se descolgó horas después Amyts, el mayoritario entre los facultativos madrileños. Finalmente, el resto sí pactaron con Sanidad una hoja de ruta que iba a ser testada en los siguientes dos meses. Pero la avalancha de bajas sobrevenidas y el análisis político que posteriormente se hizo de este hecho no hicieron sino caldear unos ánimos ya de por sí encendidos.

El propio Escudero avanzó la pasada semana que "todas esas bajas" iban a ser "analizadas con detenimiento, una a una, al tratarse de un porcentaje absolutamente anómalo" pues la media que suele haber "apenas alcanza el 10%". Y aunque eludió hablar de huelga encubierta afirmó al ser preguntado por ello: "Tenga muy claro que no fue una casualidad lo que ocurrió".

A partir de ese momento, desde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso se habló abiertamente de boicot. Lo hizo la propia presidenta el miércoles desde el Hospital Gregorio Marañón, donde acudió a inaugurar un centro quirúrgico. "Creo que nadie entiende que haya habido un 60% de bajas sobrevenidas. (…) Hay una parte política que intenta boicotearlo todo", dijo cuando se le preguntó por esas ausencias.

Casi en paralelo, su vicepresidente y portavoz afirmaba ante la prensa: "Todas estas incapacidades temporales han sido derivadas a las autoridades correspondientes en inspección sanitaria para que se proceda a su revisión". Enrique Ossorio evitó usar expresamente la palabra "boicot" porque, dijo, se le entendía perfectamente sin que lo hiciera. "Si las bajas normales, habituales, son del 10%, y ahora del 60%, y se comunican con muy poco tiempo para poder reaccionar, todos podemos valorar de qué estamos hablando, no hace falta que yo lo diga. Que cada uno ponga el adjetivo o el sustantivo que considere oportuno".

No obstante, los médicos denunciaron por su parte que a muchos de ellos se les avisó tan sólo unas horas antes, de madrugada y vía e-mail, de cuál iba a ser su nuevo centro de trabajo, en algunos casos a kilómetros de sus casas. El viceconsejero, Fernando Prados, admitió la tardanza en la comunicación. Explicó que estaba motivada por el retraso en firmar el acuerdo con los sindicatos y pidió disculpas.

El jueves en la Asamblea madrileña Ayuso volvió a emplear la palabra boicot. Lo hizo para contestar a todos los grupos de la oposición, que criticaron abiertamente su gestión en este asunto, incluida su socia de Vox, Rocío Monasterio. Pero esta vez responsabilizó de ello directamente a los grupos políticos de la izquierda.

Las críticas, a los grupos políticos de la izquierda

Es la misma línea que sigue desde el viernes la consejería de Sanidad. El tono se ha rebajado, ya no se señala a los médicos sino a Más Madrid, PSOE, Unidas Podemos y los sindicatos. Y afirman con rotundidad que la ruptura del acuerdo se debe a "una cuestión puramente política". Y es que sostienen que nada ha cambiado desde que se rubricó el pacto hasta hoy.

Los sindicatos explicaron en un comunicado que "el caos en el servicio" era lo que les había empujado a desvincularse del acuerdo "ante el maltrato y la humillación que están sufriendo los y las profesionales de los Servicios de Urgencia de Atención Primaria".

"Lo que más nos preocupa es que se genere temor en la población por este conflicto político", lamentan desde el departamento de Ruiz Escudero. Y consideran que "la izquierda está aprovechando la situación". No muestran optimismo en que ésta cambie de actitud: quedan seis meses para las elecciones y la Sanidad será su principal bandera en la campaña electoral.

"No se puede actuar como se ha hecho por parte de la izquierda, con esa campaña feroz que está generando temor" a los madrileños "a la hora de acudir a estos puntos. Nosotros vamos a seguir trabajando", afirmó el consejero ante la prensa. "Principalmente, son Más Madrid, PSOE y Podemos", que "siempre" han mostrado "una actitud hostil hacia cualquier paso que daba la consejería de Sanidad", aclaró. "Siempre dijeron, sin ningún tipo de rubor, que iban a generar un otoño caliente y lo están haciendo con algo que nos preocupa: generando temor, teniendo a los madrileños como rehenes de una situación que no es real".

Jubilación y falta de médicos

Otra de las críticas recurrentes es que se han abierto 80 centros con personal de 40. ¿Dónde están los sanitarios? Desde la consejería alegan que la edad media de los médicos generales es alta: desde el inicio de la pandemia se han jubilado 168 médicos del Summa 112 que no han sido relevados. Y, según las previsiones de Sanidad, en la próxima década lo harán un 35% de facultativos y un 22% de enfermeros del Sermas. Faltan médicos y es una cuestión a resolver a nivel nacional.

Sea como fuere, el objetivo principal del Gobierno madrileño es que la huelga se desconvoque. Comienza este lunes con unos servicios mínimos del 100%. Y, después, se pretende que estas urgencias extrahospitalarias continúen abiertas. Cuando los 80 centros empiecen a operar con normalidad [desde la consejería recuerdan que llevan abiertos poco más de una semana y en una situación anómala], se analizará su funcionamiento para poder llevar a cabo mejoras o cambios si estos fueran necesarios.

"Es un plan en el que se lleva trabajando mucho tiempo, con el que se pretendía dar continuidad asistencial", resumió Escudero, de tal manera que los madrileños no cuenten solamente con las urgencias hospitalarias sino que tengan estas otras, donde puedan asimismo tramitar, por ejemplo, sus bajas laborales cuando su centro de Atención Primaria ya ha cerrado. De hecho, en esta primera semana se han atendido a unas 14.000 personas de las que sólo un "0,5%" respondieron a una patología urgente; el "48%" requirió de consulta médica y el "52%" restante estuvo relacionado con consultas de enfermería, informó el consejero.

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