Rocío Monasterio se descolgó el pasado jueves con un anuncio sorpresivo: "A día de hoy no podemos votar a favor de unos Presupuestos que no protegen a los madrileños", dijo ante la prensa en los pasillos de la Asamblea minutos antes de que comenzara el debate de las enmiendas a la totalidad presentadas por los grupos de la izquierda.
Así, la portavoz de Vox dejaba en el aire las últimas cuentas públicas de la legislatura. Y lo hacía, explicó, porque el equipo negociador del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso no había aceptado ninguna de sus 87 enmiendas propuestas lo que, en su opinión, suponía una doble "humillación": a su formación y a sus votantes.
De esas 87 enmiendas, 25 eran especialmente importantes para ella: reducir la partida en publicidad institucional y emplear los 62 millones de euros en subir el salario a los médicos, bajar medio punto el IRPF en todos los tramos, deflactación automática del impuesto, un bono energético para pequeños comercios, dejar de apoyar las restricciones de movilidad en Madrid Central, la gratuidad de la FP o la derogación de la conocida como Ley Trans de la Comunidad de Madrid. Sobre este último punto la presidenta madrileña se comprometió con Monasterio ese mismo jueves a derogar la autodeterminación de género.
Todas ellas las registrarían al día siguiente -este pasado viernes- en la Asamblea, avisó, descartando que esto supusiera una ruptura de las negociaciones y descartando también que su partido fuera a imponer líneas rojas a la hora de seguir hablando hasta la semana previa a las Navidades, cuando las enmiendas parciales de todos los grupos se someterán a votación.
Pero llegó el viernes y Vox las registró fuera de plazo. Este lunes se reúne la Mesa del Parlamento madrileño donde se calificarán pero, lo más probable, es que al haber sido registradas fuera de plazo, estas enmiendas sean inadmitidas y decaigan.
En caso de que esto suceda, provocaría un cambio sustancial en el proceso de tramitación de las cuentas públicas ya que, si las enmiendas decaen, Vox no tendría posibilidad de seguir negociando con el Ejecutivo los cambios y medidas que propone. Así las cosas, a los de Rocío Monasterio sólo les quedaría votar el Presupuesto en su totalidad, salvo que decidan votar las enmiendas de la izquierda, algo muy poco probable. Más Madrid ha registrado 1.900 enmiendas, Unidas Podemos 1.300 y el PSOE 600. Todo apunta a que las 80 de Vox se quedarán fuera.