
Hace meses que Rocío Monasterio viene dando señales de cambio en su relación con Isabel Díaz Ayuso. En concreto, desde finales del mes de septiembre, principios de octubre, coincidiendo además con el inicio de la negociación presupuestaria entre Vox y el Gobierno madrileño.
El primer movimiento que desconcertó e indignó al grupo parlamentario del PP y a todo el Ejecutivo regional, con Ayuso a la cabeza, se produjo la primera semana de octubre: Monasterio decidió activar su propuesta, que tenía registrada desde hacía un año en la Asamblea, de creación de una comisión de estudio sobre las residencias de ancianos.
Desde entonces y durante todas esas semanas, y a pesar de que fue finalmente retirada, la izquierda aprovechó el ruido generado por una polémica que nunca había abandonado del todo y que sólo dejó apartada tras la caótica apertura de los 80 centros sanitarios 24 horas.
Sobre esta última cuestión, Monasterio también decidió unir sus críticas a la izquierda, críticas que fueron en aumento a medida que crecía la crispación y la oposición frontal de Más Madrid, PSOE y Podemos y que acabó desembocando en la huelga convocada por Amyts de médicos de familia y pediatras en la Atención Primaria. Desde entonces, la portavoz de Vox pide que se mejoren las condiciones laborales y salariales de los facultativos madrileños, algo en lo que pretendía incidir en los Presupuestos.
Otros de los asuntos sobre los que ha querido poner el foco Vox en Madrid tienen que ver con el Valle de los Caídos y la exigencia de derogar las leyes de género y LGTBI de Cristina Cifuentes. Sobre lo primero, el Gobierno madrileño anunció que protegerá la Cruz del Valle de los Caídos a través de la Ley de Patrimonio. Sobre lo segundo, la propia presidenta madrileña se comprometió con Monasterio, antes de que decidiera tumbar las últimas cuentas públicas de la legislatura, a derogar la autodeterminación de género, pero le pidió que su formación no desviara el foco y acabara haciendo un favor a Pedro Sánchez.
El resto es historia. Monasterio decidió unir sus votos al resto de formaciones del arco parlamentario para impedir la aprobación de los Presupuestos. Lo hizo después de que la Mesa de la Asamblea acordara no saltarse el reglamento y hacer la vista gorda con el hecho de que presentaran sus enmiendas fuera de plazo. Vox alegó fallo informático, pero los servicios de la Cámara madrileña lo desmintieron.
"Es preocupante, no tienen ni idea del reglamento"
A partir de ese momento, la portavoz madrileña de los de Santiago Abascal pidió que se habilitara el mes de enero para volver a tramitar los Presupuestos. Así lo planteó a la Mesa, que votó mayoritariamente en contra. Y lo hizo porque, tal y como explica el portavoz parlamentario de los populares, volvió a presentar "formalmente mal la solicitud" de habilitación de enero. "Es preocupante porque no tienen ni idea de cómo funciona el reglamento", lamenta en declaraciones a Libertad Digital Pedro Muñoz Abrines. "Lo que hacen es una huida hacia adelante para seguir con el papel de ‘todos contra ellos’". Para Abrines, "en política, es importante asumir la responsabilidad" de los errores que se cometen.
La Sra. Monasterio vuelve a errar.
— Pedro Muñoz Abrines (@MunozAbrines) December 29, 2022
Presenta tarde y mal las enmiendas.
Vota libre e irresponsablemente contra los presupuestos de @IdiazAyuso
Y ahora presenta formalmente mal la solicitud de habilitación del mes de enero.
Pero la culpa siempre los demás!
¿Quién manda en Vox? https://t.co/D1gl92abDz
Vox no lo ve así. Una vez conocida la decisión de la Mesa mostraron su indignación a los medios. "El PP, que tiene mayoría en la Cámara, se ha unido a la izquierda y ha cerrado la puerta a la posibilidad de poder alcanzar un acuerdo político con Vox que permitiera aprobar unos nuevos Presupuestos de la Comunidad de Madrid antes de que se suspenda la actividad parlamentaria por la convocatoria electoral".
Además, añaden desde el partido, "celebrar plenos y comisiones durante el mes de enero -algo que Vox ha solicitado desde que tiene presencia en las instituciones- permitiría abordar otros asuntos relevantes para ayudar a las familias a hacer frente a la crisis actual. Sin embargo, la formación que lidera Rocío Monasterio es la única dispuesta a seguir trabajando por todos los madrileños".
¿Qué ocurre con Vox en Madrid?
Hay que recordar que en el Ayuntamiento de Madrid Vox también ha decidido tumbar los Presupuestos del gobierno de PP y Ciudadanos dirigido por José Luis Martínez-Almeida. En este caso, Javier Ortega Smith no es la primera vez que lo hace. También votó en contra de las pasadas cuentas por las ordenanzas sobre movilidad que mantiene en vigor el alcalde.
¿Pero qué está ocurriendo exactamente con Vox en Madrid?, ¿todo esto es fruto de errores en cadena o hay una estrategia premeditada y conjunta en el Ayuntamiento y la Comunidad de cara a las elecciones de mayo?
La decisión de Monasterio de no apoyar los Presupuestos recuerda, inevitablemente, a la estrategia que siguió el partido en Andalucía la pasada legislatura, cuando tumbó las últimas cuentas del PP. Lo hizo para distanciarse de un Gobierno al que habían estado apoyando tres años prácticamente gratis.
La formación llegó a cambiar de portavoz parlamentario para marcar aún más distancias con Juanma Moreno de cara a las elecciones andaluzas. En Madrid no parece haber dudas sobre Rocío Monasterio, pero el partido no ha confirmado todavía su candidatura oficialmente.
"Quizá el problema es que nosotros apoyamos la investidura sin pedir nada a cambio, que apoyamos los Presupuestos de Madrid sin pedir nada a cambio", defendió a mediados de diciembre el vicepresidente de Vox, Jorge Buxadé, al ser preguntado por la decisión de tumbar las cuentas públicas en la Comunidad de Madrid. "Lo que hemos recibido es la afirmación de que Vox actúa como un separatista y no es así porque no pedimos nada para nosotros, no negociamos puestos", destacó.
Fuentes de Vox, no obstante, niegan que la decisión de tumbar los Presupuestos en Madrid responda a una estrategia electoral y aseguran que Isabel Díaz Ayuso ha incumplido todos sus compromisos con el partido, no sólo los referidos a la derogación de la conocida como Ley Trans, sino también a una rebaja de impuestos más ambiciosa, la mejora en las condiciones laborales de los sanitarios, medidas que eviten un posible adoctrinamiento ideológico en las aulas o mayor apoyo a la maternidad.
Desde la formación aseguran haberse comportado siempre como un socio "leal" al que el PP ha despreciado rechazando la tramitación de sus enmiendas presupuestarias. Según aseguran, detrás de la falta de "voluntad" de Ayuso para debatir esas propuestas se esconde en realidad "el miedo" a que Vox demuestre que en Madrid se pueden hacer mejor las cosas.
Sea como fuere, el Pleno de Presupuestos es un escaparte irrenunciable para ningún partido ya que les permite presentar sus medidas ante los ciudadanos, al tiempo que habría permitido a Vox confrontar directamente con un PP que en cinco meses se convertirá en su principal adversario político en las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo. Vox se quedaba sin esa baza que ahora no podrá disfrutar ningún partido.
"El error es muy grande"
"Quien presentó las enmiendas fuera de plazo y mal fue Vox; quien decidió de manera absurda e irresponsable presentar las enmiendas fuera de plazo fue Vox" y ahora piden "responsabilidades" a todo el mundo sin hacer autocrítica, señalan fuentes populares. "No hubiese sido necesario llegar a ese extremo si Vox, en vez de huir hacia adelante [después de presentar las enmiendas tarde], hubiera votado a favor de los Presupuestos".
"Están en un escenario de que no son capaces de reconocer que se han equivocado porque el error es muy grande. Votar con Mónica García, PSOE y Podemos es un error mayúsculo" porque va a impedir implementar medidas y mejorar cuestiones pendientes, afirman. "Pero no reconocer el error es peor".
Fuentes del grupo parlamentario recuerdan que "hay unos 13 proyectos de ley" pendientes de aprobar antes de que se disuelva la Asamblea. Si bien reconocen que no saben cuál va a ser la posición de voto de los de Monasterio en estas iniciativas sí creen que, "si las cosas vuelven a la normalidad, hay muchos de esos proyectos que podrían salir" antes de que acabe la legislatura. "Nosotros no hemos cambiado. Vamos a seguir igual: negociando las normas una a una. Si existe voluntad [por parte de Vox] saldrán adelante". Y es que se muestran convencidas de que, por el contenido de las mismas, es difícil que existan "discrepancias" ideológicas o de principios. Por tanto, "deberían ser aprobadas".
Desde el entorno de la presidenta madrileña recuerdan también que para sacar estas iniciativas adelante "sólo" necesitan que los diputados de Vox no las "bloqueen junto a la izquierda". "Se tratará, como hemos venido haciendo hasta ahora y ha dicho la presidenta, de llegar a acuerdos con ellos para sacar adelante políticas que son buenas para los madrileños".
Ayuso mostró "la gravedad" de la decisión de Vox
No obstante, las declaraciones de Isabel Díaz Ayuso de la pasada semana, durante su balance del año, fueron contundentes contra Vox y provocaron malestar en Monasterio, que denunció a través de Twitter que la presidenta madrileña les había comparado con Bildu.
No es broma: Ayuso compara a Vox con Bildu…🤦🏻♀️ pic.twitter.com/GmKaTGDtMx
— Rocio Monasterio (@monasterioR) December 28, 2022
Pero esto fue lo que textualmente afirmó Ayuso, que recordó que los socios de Sánchez sí le han aprobado sus Presupuestos: "Parece que en cuanto hay normalidad Vox desaparece y yo lo que veo es que qué ganan si las cosas van bien en Madrid, si todo está bien, que cuál es el rédito para ellos. Creo que en un momento como el que estamos viendo, después de los ataques directos, después de la situación que se está soportando en la Comunidad de Madrid, lo que ha decidido hacer Vox, a mi juicio, es absolutamente insensato; y no con nosotros sino con todos los madrileños. Pienso que hasta los peores socios de Sánchez han estado a la altura de sus propios compromisos".
Fuentes del entorno de la presidenta comentaron a este periódico que estas palabras de Ayuso no suponían "ningún cambio en su relación con Vox", pero sí querían "mostrar la gravedad de que hayan tumbado los Presupuestos".