Este lunes se cumplieron 39 años del atentado en la plaza de la República Argentina de Madrid al paso de un microbús de guardias civiles, hiriendo a 16 de ellos y asesinando a un ciudadano estadounidense, Eugene Kenneth Brown.
Décadas después el Ayuntamiento de Madrid le ha rendido un homenaje en el mismo lugar del atentado. Brown, trabajador de Johnson and Johnson, se encontraba de viaje de negocios en Madrid y esa mañana salió a correr. En la calle Carbonero y Sol, la banda terrorista hizo estallar un coche bomba cuando pasaba un microbús en el que viajaban guardias civiles que trabajaban en la protección de embajadas y que se dirigían a sus destinos. El estadounidense se convertiría en la víctima mortal del atentado: falleció dos días después en el hospital como consecuencia de las heridas recibidas al ser alcanzado por la metralla.
Coincidiendo con el aniversario de su muerte, su viuda y sus hijos asistieron a la colocación de la placa que le recordará en Madrid, un acto en el que han participado el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, la encargada de Negocios de la embajada estadounidense, Rian Harris, y representantes de las víctimas del terrorismo. En ese lugar se reúnen también, cada año, los agentes que sufrieron el salvaje atentado de la banda.
La explosión destrozó la parte delantera y lateral derecha del microbús, que se chocó contra un árbol. La mayoría de agentes pudo salir del vehículo en llamas tras el estallido y los que no, fueron ayudados por sus propios compañeros. Brown, tendido en el suelo, recibió el auxilio de uno de los agentes, Jesús Cirilo Pérez, que taponó con un pañuelo la gravísima herida que la metralla le había hecho en el cuello y le acompañó en el traslado al hospital presionándola y tratando de contener la hemorragia. Después, solicitó volver al lugar del ataque para seguir ayudando a sus compañeros.
En 2007, el gobierno estadounidense a través de la embajada le reconoció su "ejemplo grandioso de solidaridad, humanidad valor y amistad" en el auxilio de Brown y en su "regreso a la escena de la tragedia a pesar de sus propias heridas", motivo por el que recibió "la admiración" del Gobierno estadounidense "ante su comportamiento altruista y generoso".
El guardia civil "volvió a nacer" tras el atentado que se llevó por delante al único estadounidense asesinado por ETA. El resto de compañeros que resultaron heridos en el atentado fueron Antonio Medina Gordillo, Antonio Malfeito Ichausti, Alfonso Sánchez Rodríguez, Ángel Larios Rivero, Enrique González Martín, Jacinto Delgado Córdoba, Juan Antonio Corredor, Jose Carlos Sánchez Martín, José Luis Pérez Rodríguez, Luis Corchado Gibello, Marcos Rey Patón, Miguel Ángel Chapado Manzanas, Manuel Varela Reyes, Pedro Giménez González y Raimundo Plata Pampanas.