
El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado una normativa más estricta para regular la actividad de los músicos callejeros en la ciudad, reduciendo a 250 las autorizaciones anuales disponibles y estableciendo condiciones específicas para sus actuaciones en espacios públicos. Estas medidas, que ya aparecen publicadas en el Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid (BOAM), buscan equilibrar las demandas de artistas, comerciantes y vecinos, tras repetidas quejas por ruidos y ocupación del espacio.
Según la instrucción firmada por Carlos Seguro, concejal presidente del distrito Centro, cada músico, ya sea solista o parte de un grupo, deberá tramitar una autorización personal e intransferible para poder actuar en la vía pública. Estas licencias estarán destinadas exclusivamente a interpretaciones musicales, excluyendo otras formas de arte como teatro, danza o poesía.
Además, los músicos tendrán que respetar una distancia mínima de tres metros respecto a los accesos a viviendas, locales comerciales y salidas de emergencia. Las ubicaciones donde podrán actuar y los horarios permitidos también se han delimitado cuidadosamente.
Espacios y horarios restringidos
Las nuevas reglas dividen el espacio urbano en zonas con diferentes niveles de restricción. En áreas especialmente sensibles, como las plazas de Oriente, Lavapiés, Tirso de Molina, Comendadoras, y calles emblemáticas como Arenal, Pez o Carretas, así como en el Pasaje Dore, el Paseo del Prado o la Glorieta de Atocha, se prohíbe el uso de amplificación sonora y percusión. En estas zonas, los horarios permitidos se limitan a los fines de semana, de 12:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00.
Otras áreas, como El Rastro, también tendrán normas específicas. En este último caso, el espacio se dividirá en tramos, donde los músicos podrán actuar solo si hay consenso con los comerciantes y vendedores ambulantes.
Para evitar molestias, los músicos tendrán que mantener una distancia mínima de 75 metros entre sí y asegurarse de no exceder los niveles de ruido establecidos por la normativa.