
La Puerta del Sol contará por primera vez en su historia con zonas de sombra gracias a la instalación de toldos que estarán plenamente operativos a finales de la próxima semana. Así lo ha confirmado la delegada de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid, Paloma García Romero, quien ha supervisado este miércoles el tramo final de los trabajos acompañada por el concejal del distrito Centro, Carlos Segura.
Calificado por la delegada como "un hecho casi histórico", los toldos responden a una necesidad evidente: la falta total de sombra en una de las plazas más transitadas de la capital por turistas y madrileños. A pesar de los más de 160 años desde su configuración actual —entre 1858 y 1862—, nunca antes se había conseguido una solución a esto.
Desde el Consistorio han explicado que la estructura que sustenta los toldos no es permanente, sino que está compuesta por mástiles de acero inoxidable anclados en los bancos de granito de la plaza mediante tubos roscados, lo que permite su instalación en los meses de más calor y su retirada una vez pasado el verano.
José Luis Martínez-Almeida ha recordado que mientras algunos se limitaban a calificar la Puerta del Sol como "una sartén", su Gobierno ha dado un paso más allá: "Los madrileños van a poder disfrutar de la Puerta del Sol completamente peatonalizada, la primera vez en nuestra historia, pero al mismo tiempo también van a poder disfrutar de esos toldos que van a atemperar las temperaturas que tenemos en estos momentos".
Ha aprovechado también para contrastar esta actuación con la inacción del anterior Ejecutivo en el Ayuntamiento, que ni siquiera contempló soluciones verdes o de sombras allí: "No es que no plantaran un árbol, es que no plantaron ni un matojo en la Puerta del Sol durante los cuatro años que estuvieron en el Gobierno".
Desde el PSOE-M han enmarcado la instalación dentro de lo que califican como una nueva "improvisación" de Almeida. La portavoz socialista, Reyes Maroto, ha planteado una alternativa a la solución del Consistorio que, según ha dicho, "ni es barata, ni es buena, ni es bonita". Su propuesta consiste en "sombras efímeras", una opción que "no tiene anclajes que alteren el entorno y el paisaje urbano", ya que se sujetan sobre los asientos y "se pueden quitar y poner sin necesidad de perforar". Además, ha subrayado que esta solución sí responde "sin duda a un urbanismo con perspectiva climática", algo de lo que, en su opinión, carece el alcalde.
Para Maroto, la actuación del Gobierno municipal en Sol es "un ejemplo de un urbanismo que no está orientado a solucionar los problemas del cambio climático". Ha criticado que la instalación actual "presenta sobre todo problemas desde el punto de vista del paisaje urbano", al haberse colocado anclajes "en un entorno que está protegido por Patrimonio" y que, según ha defendido, "alteran el entorno y el paisaje urbano".
Críticas arrastradas
Las críticas del PSOE al equipo de Gobierno municipal han sido constantes durante los últimos años en lo relativo a este tema. En agosto del año pasado, el concejal socialista Pedro Barrero acusó a Almeida de "no combatir el cambio climático ni el efecto isla de calor", asegurando que "no quiere a Madrid ni a los madrileños". Entonces, Barrero censuraba la ausencia de sombra en la plaza y cuestionaba que, tras un año y medio de promesas, los toldos no estuvieran instalados.
Sin embargo, lo que Barrero no mencionó es que la solución impulsada por el Consistorio requería la validación de la Comisión Local de Patrimonio Histórico, órgano que condicionó su autorización a la revisión ‘in situ’ de los materiales, anclajes y diseño propuestos. Finalmente, en diciembre de 2023, la Comisión dictaminó el proyecto como "viable" y permitió su avance hacia la licitación y todos los posteriores trámites administrativos.
Desde el Ayuntamiento, ya con el espacio peatonalizado y frente a las acusaciones de "no mover un dedo" que sostuvo el PSOE, se valoró primeramente la posibilidad de plantar árboles, pero la Comisión descartó esa opción por razones patrimoniales: su ubicación respondía únicamente a la falta de losa de hormigón bajo el pavimento, sin criterios urbanísticos sólidos.