Berna, capital y Patrimonio de la Humanidad
La capital de Suiza no es la ciudad más grande del país helvético, pero sí es una de las más bellas, de hecho, su gran casco antiguo es Patrimonio de la Humanidad.
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Zytglogge
La torre del reloj es uno de los símbolos de Berna. No es la única de la ciudad, pero sí la que tiene más tradición, no en vano lleva en su sitio desde principios del S XIII y ha sido desde entonces uno de los centros de la vida social de la ciudad
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Patrimonio de la Humanidad
Berna no sólo es la capital suiza sino que desde 1983 es Patrimonio de la Humanidad por su fantástico casco antiguo que, como podemos ver en la imagen, tiene una increíble ubicación junto al río Aar
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Desde el Zytglogge
La parte "nueva" de Berna vista en formato panorámico desde lo alto del Zytglogge, que marcaba el límite de la ciudad medieval. Obviamente, esta parte de la ciudad también ha conservado un arquitectura y un interés especiales
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Un reloj suizo del S XVI
El gran reloj que podemos ver en el Zytglogge es una maravilla de la mecánica del S XVI cuyo mecanismo se mantiene en funcionamiento con un elevadísimo porcentaje de piezas originales. El ingenioso sistema no sólo da las horas e indicaciones astronómicas sino que pone un marcha una serie de figuras que son parte de la tradición de Berna, e incluso hace cantar un gallo
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Péndulo de bola de cañón
El curioso mecanismo del Zytglogge, movido por un péndulo hecho con lo que, según la tradición, es una enorme bala de cañón
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Reflejado en el tranvía
La torre del Zytglogge reflejada en la parte delantera de uno de los modernos y eficaces tranvías que recorren Berna, incluso en su parte más antigua, con puntualidad... suiza
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Calle y tranvía por la noche
Un típica calle del centro de Berna, con sus soportales y, de nuevo, uno de los tranvías que circulan por toda la ciudad
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Callejón
En las cercanías de la Catedral han pervivido algunos pequeños callejones semicubiertos llenos de encanto. Es una de las zonas más antiguas de la ciudad y conserva un aire medieval
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Parlamento de la República Helvética
Otra escena nocturna de Berna, en este caso en la plaza en la que está el Parlamento de la República Helvética
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Araña
En la plaza del Parlamento está también el Banco Nacional Suizo (la banca central del país) y entre los dos edificios se ha instalado una de las grandes y extrañas arañas de Louise Bourgeois, que supone un extraño contraste con el estilo neoclásico de ambos edificios
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Fuente del Parlamento
Y en el lado opuesto de la Plaza del Parlamento hay una fuente cuyos chorros salen del suelo en un orden aleatorio que, en los días de buen tiempo, es uno de los sitios preferidos de los niños de Berna
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Mercado de flores
Contrariamente a lo que es habitual en Suiza, a los berneses les encanta hacer vida en la calle y hay muchos mercadillos, como uno de frutas, verduras y flores que se coloca en la plaza del Parlamento
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"Mercado de los italianos"
En otro punto de la ciudad otro mercadillo conocido como "de los italianos" se especializa en productos provenientes de la zona italoparlante de Suiza, aunque algunos berneses advertían que era "un poco caro"
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Quesos
Y si algo tiene éxito en un mercadillo en Suiza son los quesos, en un país en el que el queso es casi más un asunto religioso que gastronómico. No en vano los dos grandes "platos nacionales" son la fondue y la raclette
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En las afueras
Berna es una ciudad relativamente pequeña y a unos pocos minutos del centro podemos encontrarnos con una escena tan bucólica, suiza y sorprendente como esta
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Los Alpes como telón de fondo
A pesar de que Berna no es una ciudad de montaña los Alpes son, con su imponente y nevada presencia, el telón de fondo sobre el que transcurre y la vida en la ciudad y un elemento tan lejano como imprescindible de su paisaje
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Mirador sobre el Aar
Una pareja feliz en uno de los grandes miradores que la ciudad tiene sobre el curso del Aar, con los Alpes como testigo lejano de su amor
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A caballo
Un llamativo paseante que parece salido del Medio Oeste de EEUU, internándose por una de las calles principales del centro histórico de Berna
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Soportales
Los soportales son uno de los rasgos distintivos de la ciudad: cuenta con casi seis kilómetros de ellos y allí, protegidos de las inclemencias del clima, se agolpan los comercios de primera fila, los restaurantes y las cafeterías en los que los berneses desarrollan buena parte de sus vida social
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Plaza y fuente
Otra de las plazas del centro de Berna con una de las muchas fuentes (todas con el mismo aspecto: una columna coronada por una estátua y de la que salen cuatro caños) que podemos encontrar en el centro histórico de la ciudad
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Ajedrez callejero
En toda Suiza se pueden ver lugares para que los ciudadanos disputen partidas de ajedrez en la calle. Si los contendientes son buenos incluso general cierta expectación a su alrededor
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Catedral de Berna
La Catedral de Berna es un esplendo edificio de gótico tardío (empezó a construirse en 1421). Su peculiaridad, además de su altísima torre, es que pese a convertirse en 1528 en un templo protestante se respetasen las obras de arte del interior como, por ejemplo, las impresionantes vidrieras
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El Juicio Final
Uno de los mayores atractivos de la Catedral es el impresionante conjunto escultórico de su puerta principal, en el que se representa con un realismo impresionante las dos caras del Juicio Final: de un lado los salvados y del otro los condenados
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Reyes míticos
Las esculturas, con un delicado policromado, tienen una apariencia muy realista. Fueron esculpidas por Erhard Küng, que luego fue también maestro de obras del edificio y también representan a personajes bíblicos como la Reina de Saba o el Rey Salomón
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El lado de los justos
A la derecha del Padre todo es equilibrio y felicidad, entre cabezas coronadas y miembros de la jerarquía. Las figuras conservan sus pinturas originales de mediados del S XV, aunque pasaron por un gran proceso de restauración de 27 años que culminó en 1991
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Una gran iglesia
Aunque en realidad no es una Catedral sino una colegiata (pese a ser conocida como la Catedral de Berna), las dimensiones de la iglesia son imponentes: la nave central tiene 84 metros de longitud y la hermosa bóveda se eleva casi a 40 metros de altura
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A casi 100 metros de altura
La torre de la catedral también es imponente: mide 100 metros de altura y es la más alta de todas las iglesias suizas. Desde el campanario las vistas de la ciudad son magníficas
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En lo alto de la montaña
Berna tiene su propia montaña, la Gürten, a cuya cima se puede subir en el que presume de ser el tren cremallera más rápido de Europa
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Parque de los osos
Los osos son el animal fetiche de Berna (incluso se dice que recibió su nombre por uno de ellos) y hoy en día tienen un lugar privilegiado en la ciudad: el "Parque de los osos", a orillas del Aar en el que viven con todas las comodidades varios ejemplares de esta especie, siempre bajo la mirada de los turistas
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Kornhaus
Uno de los más famosos restaurantes de Berna es el Kornhaus, ubicado en un espectacular local subterráneo que en tiempos fue un almacén de maíz
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Cocktail bar
El local, que también funciona como un bar nocturno, se ha decorado espléndidamente, aprovechando muy bien las características del peculiar edificio
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Diseño de vanguardia
Además del más tradicional Kornhaus, Berna tiene muchos locales con un diseño más de vanguardia, como éste solitario restaurante
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Roast beef y ensalada
Quizá la cocina suiza no es tan compleja y delicada como la de otros países europeos, pero en sus restaurantes encontramos platos sencillos elaborados de forma sabrosa, apetecible y contundente, como este roast beef acompañado de ensalada
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La Berna moderna
Aunque conocida por su casco antiguo medieval, Berna también tiene una cara moderna representada sobre todo por su Zentrum Paul Klee, un espectacular edificio del arquitecto Renzo Piano que recoge la mayor colección del mundo de obras del este pintor, ilustre bernés
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Westside
Y el otro gran referente de la arquitectura de vanguardia en Berna es el Westside, un centro comercial de formas imposibles salido de los lápices de otro gran arquitecto: Daniel Libeskind
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