La capital británica vive su segunda noche de violencia. Los disturbios que el sábado se produjeron en Tottenham han sido los más graves de los últimos 25 años, pero ya han tenido sus réplicas. Aunque se han producido con menor intensidad, la violencia se ha extendido por el norte y sur de la ciudad, donde cientos de personas se han dado cita en sus calles y varias tiendas y locales han sido saqueados.
El balance continúa siendo desesperanzador: al menos 26 agentes de Policía han resultado heridos en el transcurso de los disturbios de la noche del sábado en Tottenham, y más de cien detenidos, según informaron fuentes policiales al diario The Guardian.
Decenas de agentes participaron en una operación extraordinaria para acordonar el epicentro de los disturbios, Tottenham High Road, donde al menos trescientas personas prendieron fuego a edificios, papeleras y vehículos, en protesta por la muerte de Mark Duggan, a quién 120 personas dedicaron una vigilia silenciosa con una marcha que terminó ante la comisaría de Policía de la ciudad, justo antes del inicio de los disturbios.
La brigada de Bomberos londinense ha confirmado que un total de seis unidades han sido enviadas a Brixton Road para intentar controlar un fuego en una tienda en dicha calle. Se cree que el establecimiento afectado por las llamas es un Foot Locker. Asimismo, otras tiendas habrían sido atacadas.
Un residente en Brixton ha afirmado que hay "cientos de personas caminando por la calle con cajas llenas de objetos robados". Además, ha agregado que hay "gritos y helicópteros de Policía, pero no hay agentes desplegados".
Otras áreas afectadas por los disturbios incluyen Walthamstow Central, Chingford y Leyton, donde múltiples tiendas han sido atacadas y asaltadas para robar dentro de ellas. Además, la Policía ha informado de la detención de varias personas en Chingford Mount después del asalto a una tienda por varios jóvenes.
La justificación de los violentos
Según parece, Duggan, de 29 años, raza negra y padre de cuatro hijos, fue abordado por los agentes cuando viajaba en un taxi en el transcurso de una operación contra el tráfico de armas en la comunidad negra de la ciudad.
La secuencia concreta de eventos está todavía bajo investigación de la Comisión Independiente de Quejas de la Policía (IPCC), pero se cree que Duggan podría haber abierto fuego al menos contra un policía, que salió ileso porque la bala se quedó alojada en la pequeña radio que llevaba enganchada en el uniforme, según fuentes policiales a Sky News.
La ministra de Interior, Theresa May, ha condenado "absolutamente" la violencia. "Tal desprecio por la seguridad pública y la propiedad es intolerable", aseguró en sus primeros comentarios tras los disturbios.
También desde Downing Street se ha condenado la violencia en la ciudad británica. "No hay justificación alguna para agredir a la Policía o para dañar la propiedad pública", aseguró un miembro de la oficina del primer ministro, David Cameron, bajo el anonimato.