Una comunidad de travellers (nómadas) británicos y sus simpatizantes protagonizaron este miércoles choques con la Policía para evitar el desalojo de esa minoría étnica del campamento de Dale Farm, situado a las afueras de Londres. La autorización judicial fue emitida el pasado lunes.
Veintitrés personas han sido detenidas y varias han sido atendidas por los servicios de emergencia. Los residentes del campamento de Dale Farm y los activistas que les apoyan, que durante las últimas semanas construyeron barricadas y opusieron resistencia.
Una de las caravanas se incendió mientras la Policía se preparaba para desalojar las 49 parcelas para las que ha obtenido una orden judicial.
Los travellers, de costumbres parecidas a las de los gitanos, compraron Dale Farm en la década de los 70, cuando era un vertedero, pero, aunque el terreno es suyo, algunos construyeron sin los permisos legales pertinentes, que el Ayuntamiento les denegó con el argumento de que era un área protegida.
Tras la introducción de una ley que prohíbe acampar en espacios comunes, los travellers, que son de origen irlandés, han tenido que renunciar al nomadismo y establecerse en campamentos de caravanas.
Para evitar su desalojo, los abogados de los residentes de Dale Farm alegaron que este significará sacar de la escuela a niños -en una comunidad con un alto índice de analfabetismo- y perjudicará el seguimiento médico de los ancianos, arraigados en ese campamento desde hace décadas.
Tras valorar los argumentos de los afectados y el Ayuntamiento de Basildon, un juez dio el lunes pasado autorización para proceder con el desalojo de un menor número de parcelas que el previsto inicialmente.