La problemática entre la inmigración musulmana y el país de acogida en Occidente se está tornando especialmente complicada en Dinamarca. Debido al número de extranjeros que profesan la religión islámica los seguidores de Mahoma son ya la segunda religión del país, representando el cuatro por ciento de la población.
Además, las quejas por el acaparamiento de los servicios sociales del país por parte de esta minoría y también por la actuación de algunos fundamentalistas islámicos en Dinamarca han generado un extraño clima. Sin embargo, en algunos barrios de las ciudades más importantes la inmigración musulmana se ha hecho fuerte y algunos de sus miembros más radicales han llegado incluso a declarar la sharia en ellos y en los que patrullas religiosas patean las calles en busca de quien vulnere las enseñanzas del profeta.
Pero la problemática ha ido más allá y afecta a uno de los sectores que más se han visto afectados por este boom de la inmigración musulmana: la educación. Dinamarca, al igual que el resto del mundo occidental se encuentra a la cola en nacimientos y la tasa de natalidad es de las más bajas del mundo. Esta tendencia queda atenuada gracias a las familias musulmanas, en gran parte con varios hijos. Esto provoca que en los colegios convivan los pocos niños daneses que van naciendo con los hijos, también daneses, de las familias musulmanas.
Y es aquí donde estriba la última polémica. El diario danés Jyllands-Posten uno de los amenazados por publicar las viñetas de Mahoma en 2006, publica lo ocurrido en un jardín de infancia del país. Allí este año no se celebrará la Navidad para no ofender a las familias musulmanas. Son los profesores los que temen irritar con esta festividad a este colectivo.
Además, esta polémica no ha saltado en la capital o en las grandes ciudades donde se concentran grandes núcleos de musulmanes en algunos de sus barrios. Esta medida del jardín de infancia se ha producido en la pequeña localidad de Lillerot, de tan sólo 15.000 habitantes.
El centro justifica su decisión alegando que existen un número importante de hijos de musulmanes. No opinan lo mismo los representantes de la iglesia danesa, que consideran que la celebración de la Navidad es una parte importante de la tradición del país, así como otros padres de alumnos, que pretenden que sus hijos mantengan sus raíces.