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Alan García dice que "reducirá fuertemente los gastos estatales" para destinar el dinero a los pobres

El nuevo presidente peruano, Alan García, anunció que se reducirán fuertemente los gastos estatales para destinar el dinero ahorrado a los 13 millones de pobres del país, quienes, según dijo, serán la prioridad de su gobierno. En su toma de investidura, García convirtió la austeridad del sector público en el eje de un discurso que no deja de ser sorprendente, teniendo en cuenta que su anterior etapa su gestión se caracterizó por el despilfarro y la corrupción. Durante su discurso de investidura, García anunció que su misión será "igualar o superar" a los vecinos más exitosos en un plazo de diez años, en una clara alusión a Chile.

El nuevo presidente peruano, Alan García, anunció que se reducirán fuertemente los gastos estatales para destinar el dinero ahorrado a los 13 millones de pobres del país, quienes, según dijo, serán la prioridad de su gobierno. En su toma de investidura, García convirtió la austeridad del sector público en el eje de un discurso que no deja de ser sorprendente, teniendo en cuenta que su anterior etapa su gestión se caracterizó por el despilfarro y la corrupción. Durante su discurso de investidura, García anunció que su misión será "igualar o superar" a los vecinos más exitosos en un plazo de diez años, en una clara alusión a Chile.
L D (EFE) Durante su discurso de investidura, García anunció que el salario del presidente se reducirá casi una tercera parte, al igual que el de los 17.000 cargos electos, puestos de confianza y 120 congresistas, y que rebajará a la mitad los gastos generales del Palacio de Gobierno. Entre otras medidas, además, cerrará seis embajadas, dejará en la mitad el número de agregados civiles y militares en el exterior y reducirá en un 25 por ciento los sueldos de embajadores y diplomáticos.
 
El ahorro, que se traducirá en millones de dólares, según García, se destinará a electrificación, proyectos de irrigación, construcción de infraestructuras y mejora de hospitales en las zonas más pobres del país, donde, según dijo, hay trece millones de pobres, de ellos cinco millones en la miseria.

El dirigente reconoció que, si bien "hay más exportaciones y con ellas más crecimiento del Estado", a la vez existe "una catástrofe social". Alan García se refería a la gestión de su antecesor, Alejandro Toledo, quien deja el país con excelentes datos macroeconómicos, pero con una pobreza que alcanza a casi la mitad de los 27,2 millones de habitantes del país. "Vivimos en peligro de caos y desorden, la mayoría votó contra el Estado, contra la frivolidad y el escándalo", matizó, al resaltar que hay ausencia de legitimidad democrática y corrupción judicial, en otra dura crítica a Toledo.

García anunció que sus metas inmediatas serán la reconstrucción del Estado y el sistema político, la creación de empleo y la recuperación de los derechos laborales, así como políticas a favor de la mujer, la infancia y la juventud y el reforzamiento de la seguridad ciudadana y nacional. El flamante presidente prometió la puesta en marcha de un proceso de descentralización, tras calificar los intentos de la gestión anterior de "ambiguos" en este sentido, y anunció que comenzará con la transferencia de las competencias en educación. También dijo que la plantilla estatal no se incrementará y que impondrá una política de simplificación administrativa y de compras estatales conjuntas para evitar el desfase de los precios de bienes y servicios adquiridos por las entidades estatales, incluidos gobiernos regionales y locales.
 
Alan García tomó posesión como nuevo presidente del Perú en el Congreso de la Nación ante nueve mandatarios latinoamericanos y el Príncipe de Asturias, que representó al Rey de España. Según la norma, la presidenta del Congreso, Mercedes Cabanillas, le debía haber impuesto la banda presidencial, tras el juramento, pero para sorpresa de todos la tomó de sus manos y se la impuso él mismo.

Dicha banda no fue la misma que entregó el presidente saliente, Alejandro Toledo, ya que debido a la gran altura y corpulencia de García debieron realizar otra especialmente para él los experimentados artesanos. El nuevo presidente procedió después a escuchar el himno de Perú en el Congreso de la Nación, donde estuvo arropado por los 36 congresistas de su Partido Aprista Peruano (PAP) y por decenas de invitados.

Antes había acudido al Legislativo a pie desde el Palacio de Torre Tagle, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, después de que Toledo lo abandonara y ofreciera su discurso de despedida. Antes de gritar "Viva el Perú", Alan García pronunció su discurso de investidura, en el que anuncia las políticas que aplicará en sus primeros 180 días de gobierno.

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