L D (EFE) La reyerta comenzó poco después de que medio millar de jóvenes, vestidos con capuchas, pasamontañas oscuros y gafas de sol, llegaran al puerto de Rostock, donde debían confluir los dos recorridos de la manifestación que partieron de distintos puntos de la ciudad al mediodía. Los agentes, que vigilaban estrechamente la marcha de la protesta, fueron atacados por los violentos. El balance de la policía cifraba en 433 el número de agentes heridos, treinta de ellos con lesiones graves como fracturas diversas.
Los disturbios enturbiaron el tramo final de una marcha que se había desarrollado sin incidentes desde el principio. Incluso un grupo de payasos amenizó la manifestación que, según fuentes policiales, apenas superó las 25.000 personas, frente a las 100.000 que la organización esperaba congregar el Rostock bajo el lema "Otro mundo es posible".
El cambio climático, el rechazo a la energía nuclear o el fin de la pobreza en África son algunos de los temas que han dominado la marcha en la que han convivido sin incidentes, al menos casi todo el tiempo, anarquistas, comunistas, ecologistas, homosexuales, feministas, grupos pro Palestina o la Iglesia de la Liberación. Para algunos portavoces de la organización fue precisamente la masiva presencia policía, acompañada del ensordecedor sobrevolar de los helicópteros, los detonadores de la violencia.
La zona portuaria de Rostock fue la elegida para resumir los mensajes finales y heterogéneos de la marcha suspendidas entre los mástiles de los tres barcos de vela atracados junto a la explanada: que actúen contra la pobreza y el cambio climático y faciliten medicamentos al Tercer Mundo.