Ha sido el principal reproche que Gustavo de Arístegui ha lanzado al Gobierno, el de la defensa de los derechos humanos. Según ha dicho "una democracia avanzada, tenga el color político que tenga su gobierno, tiene que hacer una defensa cerrada, firme, exigente, incansable y valerosa de los derechos humanos".
Una defensa, la de los derechos humanos, que entiende "compatible" con la defensa de los "intereses de España" a los que se aludió Zapatero cuando le preguntaron por la repersión del régimen de Mohamed VI en el Sáhara Occidental.
En este sentido, ha dicho que "hay que ser muy vigilantes y exigir responsabilidades e información. Hay que pedir una investigación independiente que es lo que lleva pidiendo el PP desde hace tiempo y celebramos que el Gobierno lo haya hecho".
"Hay que ser muy vigilantes, exigir responsabilidades, información. Human Rights ha confirmado más o menos la información marroquí, hay que pedir una investigación independiente que es lo que ha pedido el PP desde hace tiempo y celebramos que el Gobierno lo haya hecho".
Sobre las voces del Frente Polisario que hablan de "genocidio" o de "limpieza étnica", Arístegui aclara que "yo no digo que haya limpieza étnica, digo que no lo podemos saber".
También ha cargado contra las ONG que "han metido la pata seriamente difundiendo fotos de niños de Gaza, o difundiendo las fotos de los cuerpos acribillados de una familia de Casablanca a manos de otro miembro de esa familia en enero de 2009". Dice que cree "posible una investigación independiente, y lo creo impresicindible".
Algo más duro se ha mostrado en declaraciones a esRadio. En cuanto a la defensa de los derechos humanos, ha exigido al Gobierno que los defienda con firmeza y no lo haga de forma selectiva. En este sentido, ha recordado la posición del Ejecutivo de Zapatero sobre los derechos humanos en casos como el Saharaui o Cuba.
Además, ha criticado al Gobierno por cometer "errores muy graves en política exterior, lleva cometiéndolos seis años". Dice Arístegui que precisamente uno de esos errores ha sido cambiar la postura tradicional de la política española en lo que respecta al Sáhara Occidental.