LD (Agencias)
La revista brasileña
Veja
publica en su más reciente edición que los servicios secretos de su país lograron captar en un video al líder de Al-Qaeda, Osama ben Laden, en una visita que en 1994 realizó a la zona de Foz Iguazú, lugar señalado por el FBI y la CIA como refugio de terroristas. Según fuentes de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), el hombre más buscado del mundo entró a Brasil proveniente de Argentina. La revista más vendida en el mundo fuera de EEUU, con 1.200.000 ejemplares por semana, indica que los agentes brasileños llegaron hasta Ben Laden después de que Washington pidió a Brasilia que investigara la zona de la triple frontera en busca de terroristas que podrían estar involucrados en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Una cinta de video atestiguaría el encuentro de Ben Laden con religiosos musulmanes en una mezquita de Foz de Iguazú.
La información, dice la revista, llegó de casualidad a las manos de los agentes: “tras montar la llamada Operación Piloto, para intentar descubrir en la confluencia de Argentina, Brasil y Paraguay células terroristas que pudieran estar involucradas con el atentado a la AMIA, de 1994, los agentes brasileños localizaron a un egipcio que usaba un pasaporte falso. Lo buscaban por integrar el grupo terrorista Yemaah Islamiya, que había matado más de 100 personas en diversos atentados y responsable de la masacre en la turísitica isla de Bali. El egipcio pidió que no lo enviaran a su país, porque sería ejecutado, y ofreció sus servicios de informante al precio de 2.000 dólares por mes”. Según la revista, es aún informante hasta y su salario lo pagan el gobierno brasileño y la CIA.
De acuerdo con Veja , “el nombre de Ben Laden surgió de casualidad. Fue un relato más del egipcio sobre terroristas que se encontraban en la región de la triple frontera. Ben Laden llegó, pasó algunas horas contando sus aventuras en Afganistán en el combate a las fuerzas soviéticas al servicio de EEUU durante los años 80”. El terrorista egipcio, asegura la publicación, “conocía a Osama porque habían estudiado juntos y participó de la reunión en la mezquita”. Cuando Ben Laden se volvió famoso - años antes de los atentados del 11 de septiembre en EEUU - , dice la revista, el egipcio se interesó por la recompensa de 5 millones de dólares que ya se ofrecía por su cabeza. Le ofreció a la ABIN realizar una operación para localizarlo, si le permitían cobrar la recompensa. Después de viajar para África, el egipcio volvió con la promesa de que en seis meses, y a un costo de 10.000 dólares por mes, podría localizar a Bin Laden.
Según Veja , “la inteligencia brasileña decidió dar un paso al costado. Primero, porque 10.000 dólares al mes les parecía caro y, segundo, porque una operación de ese tipo confirmaría la denuncia del gobierno estadounidense de que por la Triple Frontera circulan miembros de células terroristas islámicas. Hasta el año pasado, ante cada acusación del gobierno norteamericano de que existirían esas células, surgía una respuesta indignada de la diplomacia brasileña. Sin embargo, tras la captura de Jalid Sheij Mohamed, tercer hombre en la estructura de poder de Al-Qaeda, se conoció que también éste había estado en viaje de vacaciones - y posiblemente de negocios- en Foz de Iguazú, en 1995.
La información, dice la revista, llegó de casualidad a las manos de los agentes: “tras montar la llamada Operación Piloto, para intentar descubrir en la confluencia de Argentina, Brasil y Paraguay células terroristas que pudieran estar involucradas con el atentado a la AMIA, de 1994, los agentes brasileños localizaron a un egipcio que usaba un pasaporte falso. Lo buscaban por integrar el grupo terrorista Yemaah Islamiya, que había matado más de 100 personas en diversos atentados y responsable de la masacre en la turísitica isla de Bali. El egipcio pidió que no lo enviaran a su país, porque sería ejecutado, y ofreció sus servicios de informante al precio de 2.000 dólares por mes”. Según la revista, es aún informante hasta y su salario lo pagan el gobierno brasileño y la CIA.
De acuerdo con Veja , “el nombre de Ben Laden surgió de casualidad. Fue un relato más del egipcio sobre terroristas que se encontraban en la región de la triple frontera. Ben Laden llegó, pasó algunas horas contando sus aventuras en Afganistán en el combate a las fuerzas soviéticas al servicio de EEUU durante los años 80”. El terrorista egipcio, asegura la publicación, “conocía a Osama porque habían estudiado juntos y participó de la reunión en la mezquita”. Cuando Ben Laden se volvió famoso - años antes de los atentados del 11 de septiembre en EEUU - , dice la revista, el egipcio se interesó por la recompensa de 5 millones de dólares que ya se ofrecía por su cabeza. Le ofreció a la ABIN realizar una operación para localizarlo, si le permitían cobrar la recompensa. Después de viajar para África, el egipcio volvió con la promesa de que en seis meses, y a un costo de 10.000 dólares por mes, podría localizar a Bin Laden.
Según Veja , “la inteligencia brasileña decidió dar un paso al costado. Primero, porque 10.000 dólares al mes les parecía caro y, segundo, porque una operación de ese tipo confirmaría la denuncia del gobierno estadounidense de que por la Triple Frontera circulan miembros de células terroristas islámicas. Hasta el año pasado, ante cada acusación del gobierno norteamericano de que existirían esas células, surgía una respuesta indignada de la diplomacia brasileña. Sin embargo, tras la captura de Jalid Sheij Mohamed, tercer hombre en la estructura de poder de Al-Qaeda, se conoció que también éste había estado en viaje de vacaciones - y posiblemente de negocios- en Foz de Iguazú, en 1995.
