El agresor atacó a Berlusconi tras finalizar su mitin en la plaza del Duomo de Milán y ya ha sido detenido. Varios medios apuntan, como el Corriere della Sera, que el hombre agredió al primer ministro italiano con una réplica de la catedral de Milán desde muy corta distancia. El mismo diario apunta que el agresor tiene de 42 años. La Repubblica le pone nombre, Massimo Tartaglia.
Con la boca ensangrentada, Berlusconi fue sacado inmediatamente en un coche oficial del lugar y fue trasladado al hospital San Raffaele de la capital lombarda. Según un primer diagnóstico de los médicos que le atienden, el primer ministro ha sufrido una pérdida copiosa de sangre y una lesión lacero-contusa interna y externa en la boca, así como daños en los dientes y una fractura en el tabique nasal. En todo momento ha estado consciente. Berlusconi ha sido sometido a un tac como medida de precaución y por decisión médica será mantenido bajo observación durante las próximas 24 horas.
Berlusconi arremetió durante el mismo contra "la izquierda marxista" italiana en contestación a los abucheos. Tras escuchar los gritos, el primer ministro respondió: "Veis aquí: hay chicos que protestan. Veis por qué estamos aquí y estamos en la calle, porque nosotros estas cosas no las haremos nunca con vosotros. Porque nosotros somos gente libre, tenemos un espíritu liberal", afirmó en un discurso que fue televisado en directo.
El acto estaba destinado a entregarle el carné número 1 del PDL y durante el mismo Berlusconi volvió a sacarse del bolsillo varias de sus habituales bromas. Además, el primer ministro reivindicó los éxitos de su Ejecutivo en la lucha contra la mafia.
El político y empresario insistió también en las acusaciones de politización que viene lanzando con mayor frecuencia en los últimos días contra los jueces de Italia, sobre todo después de que el Tribunal Constitucional invalidara el pasado octubre la ley que le otorgaba inmunidad.
"El jefe del Gobierno, según lo describe la oposición es un monstruo. Pero no creo que lo sea, no sólo porque soy guapo, sino porque soy un buen tío", comentó el primer ministro italiano. "Entrecomillan frases que nunca he soñado con decir y hacen llover sobre mí acusaciones diversas", añadió.