L D (EFE) La recomendación de Berlusconi tiene lugar en un momento en el que el Parlamento ultima la tramitación de la norma que reducirá los plazos para la prescripción de los delitos, justificada con el argumento de que aliviará el enorme número de casos pendientes de resolver por la Justicia.
La oposición discrepa, porque considera que la norma favorece al ex ministro y ex abogado de Berlusconi Cesare Previti, condenado en primera instancia en dos casos de corrupción a jueces y que podría beneficiarse de la prescripción en un tribunal de apelación, una figura jurídica con la que Berlusconi ya ha sido absuelto en algunos de sus procesos.
La sugerencia del primer ministro no ha sido bien recibida por Ciampi, quien ha dejado su habitual tono moderado y por encima de los poderes institucionales para lanzar un aviso a Berlusconi en forma de comunicado bajo el título de "precisión en materia de promulgación de leyes". "Todos saben que no es costumbre del presidente de la República escuchar sugerencia o críticas gratuitas, al margen de dónde provengan. Todos los procedimientos legislativos devueltos por el jefe del Estado al Parlamento son siempre acompañados de mensajes debida y detalladamente motivados", dice la nota.
Se trata de una alusión a una de las atribuciones del presidente italiano cuando tiene que promulgar una ley, que es la de negarse a firmar si cree que no se ajusta al marco constitucional y devolverla al Parlamento para que la modifique con un informe jurídico sobre los puntos conflictivos. Eso fue lo que Ciampi hizo en diciembre pasado, cuando rechazó promulgar la ley que pretende reformar el ordenamiento judicial y la mandó de vuelta al Parlamento para su revisión, con un informe en el que señalaba cuatro puntos "plenamente anticonstitucionales", que violan las normas que se refieren a la autonomía judicial.
Las relaciones entre Ciampi y Berlusconi son cordiales en la forma, aunque algunos correligionarios del líder conservador se han mostrado críticos con el jefe del Estado por varias tomas de posición en temas diversos. El pasado viernes Ciampi hizo un discurso en el que se mostraba preocupado por la pérdida de competitividad de la economía italiana, un "torpedo" en la línea del Gobierno que llevó a Berlusconi al día siguiente a afirmar que no existe el presunto declive.
Este domingo, tras la nota de Ciampi, los colaboradores de Berlusconi no tardaron ni dos horas en redactar otra en la que el primer ministro dejaba claro que no tiene dudas sobre la "corrección institucional" del presidente de la República y apuntaba que sus declaraciones eran más bien contra dirigentes de izquierda que dan consejos interesados.
