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Bush excluyó al Sinn Fein de la recepción de San Patricio por primera vez en diez años

El presidente de EEUU, George W. Bush, "castigó" este jueves al Sinn Fein, el brazo político del IRA, al no invitarlo a su recepción anual por el Día de San Patricio, pero sí acudieron en su lugar las hermanas de Robert McCartney un católico asesinado en Belfast. Se trata de la primera ocasión en 10 años –desde que el Ejército Republicano Irlandés (IRA) proclamó su alto el fuego– en que la Casa Blanca no invita al líder del Sinn Fein, Gerry Adams, a este acto, que Washington solía aprovechar para mediar en favor del proceso de paz.

L D (EFE) Con esta medida, el Gobierno de EEUU ha querido dejar claro su descontento con el Sinn Fein tras una serie de incidentes en el Ulster que ponen en peligro el estancado acuerdo de paz de Viernes Santo y detrás de los cuales, al parecer, se encuentra el IRA.

Bush recibió este jueves en un acto privado a las cuatro hermanas McCartney, cuyo hermano, Robert, fue asesinado este febrero en una reyerta a la salida de un bar en Belfast, en un incidente atribuido a miembros del IRA. Las hermanas McCartney, que han abanderado un movimiento de oposición de la comunidad católica al IRA, fueron a la Casa Blanca a presentar al presidente estadounidense un informe sobre el asesinato de su hermano y cómo el crimen continúa impune.

La muerte de Robert McCartney y el atraco a una sucursal del Northern Bank de Irlanda del Norte el pasado diciembre, en el que desaparecieron más de 30 millones de euros, ha puesto en entredicho la voluntad del grupo republicano de respetar el proceso de paz en el Ulster.

En un breve acto en la Casa Blanca, en la que entregó un cuenco con trébol de su país a Bush, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, reconoció que "recientes acontecimientos han enturbiado la confianza en el proceso de paz". "La colaboración política requiere que todas las partes cumplan su papel. Pero si la confianza y la verdad van a establecerse, son básicas unas pruebas evidentes de compromiso con una paz democrática", agregó el primer ministro. Por su parte, el presidente estadounidense alabó la "valentía" de Ahern en la lucha contra el terrorismo y aseguró que "hace falta valor para trabajar en favor de la paz", antes de prometer que EEUU "estará de su lado".

Los últimos incidentes en el Ulster han generado un profundo malestar en EEUU, donde más de 40 millones de personas dicen ser de origen irlandés y han sido tradicionalmente la principal fuente de donaciones para el Sinn Fein. Ello ha hecho que Adams se haya encontrado muchas puertas cerradas esta semana, durante la gira que tradicionalmente efectúa por EEUU durante la semana de San Patricio. Ante las presiones del Gobierno estadounidense, Adams anunció que no aprovecharía su viaje, frente a lo que venía siendo habitual, para recolectar fondos para su partido. Además, varios legisladores estadounidenses que hasta el momento habían mantenido una relación cordial con el Sinn Fein cancelaron repentinamente las reuniones que tenían previstas con Adams, entre ellas el senador demócrata Ted Kennedy.

El enviado estadounidense para Irlanda del Norte, Mitchell Reiss, sí mantuvo su reunión prevista este miércoles con Adams, que aprovechó para darle una seria reprimenda. Reiss, según indicó el Departamento de Estado, se centró en el asalto al banco y el asesinato de McCartney para "remarcar que, simplemente, ha llegado el momento de que el IRA se desmantele".
 
En cambio, todo el desdeño al que Adams se ha visto sometido se ha convertido en atención a las hermanas del católico asesinado. Además de la recepción en la Casa Blanca, las hermanas fueron recibidas el miércoles por Reiss en el Departamento de Estado y por Kennedy. En una rueda de prensa, el senador demócrata afirmó que la presencia de la familia McCartney en la capital de EEUU representa "una señal muy poderosa de que ha llegado el momento de que el IRA entregue todas sus armas, ponga fin a su actividad delictiva y deje de existir como organización paramilitar".

El proceso de paz en Irlanda del Norte, que despegó con la firma del llamado acuerdo de Viernes Santo el 10 de abril de 1998, se encuentra estancado desde hace más de dos años, cuando el Reino Unido suspendió la autonomía del Ulster a raíz del escándalo creado cuando se descubrió que el IRA se había infiltrado en el Ministerio para Irlanda del Norte.

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