L D (EFE) El presidente francés Jacques Chirac, que este jueves asistirá al 60 aniversario de la liberación de Auschwitz, en Polonia, fue el primero de los jefes de Estado franceses en reconocer el 16 de julio de 1995 la "deuda imprescriptible" de Francia con los deportados franceses. Ese día rindió homenaje a las 13.152 personas que fueron detenidas en la redada del Velódromo de Invierno el 16 y 17 de julio de 1942.
Chirac manifestó que "Francia debe hacer todo lo posible por ser fiel a la herencia humanista que entonces (durante el régimen de Vichy) traicionó" y destacó la necesidad del "deber de memoria" para que ese drama no se vuelva a repetir.
Tras inaugurar el Memorial, el presidente galo dijo que "recordar es también transmitir. Es necesario que la historia se conozca. Nunca se debe romper la cadena. Nuestro hijos y nietos deberán guardar en lo más profundo de sus corazones, clavado como un dolor y presente como una amenaza, la conciencia de lo que pasó".
Según el director del centro, Jacques Fredj, que abrirá sus puertas al público este jueves, coincidiendo con el aniversario de la liberación de Auschwitz, pretende convertirse en la institución de referencia en Europa sobre la Shoah, como lo es el museo del Holocausto en Washington o Yad Vashem en Jerusalén. El presidente del Memorial, Eric de Rothschild, señaló que ese centro pretende contribuir a la "educación y a la reflexión sobre la tolerancia, la libertad y la democracia".
El centro, de 5.000 metros cuadrados distribuidos en ocho plantas en tres edificios cedidos por la Alcaldía de París, en el barrio de Le Marais, en pleno corazón de la ciudad, dispone de importantísimos fondos documentales y cuenta con exposiciones permanentes y temporales.
Ese gran espacio, creado tras tres años de obras, gravita en torno al Memorial del mártir judío desconocido, un edificio que abrió sus puertas en 1943. Allí se honró la memoria de los judíos franceses perseguidos por los nazis y se conservaron los documentos que atestiguaban su exterminación, como los archivos de la Gestapo, que sirvieron para juzgar y condenar a algunos responsables del Holocausto, como Klaus Barbie, Paul Touvier y Maurice Papon.