LD (EFE) Al menos diez personas murieron y otras veinte resultaron heridas en la explosión de un coche-bomba en un mercado popular en la localidad de Al-Sawira, en el sureste de Bagdad. El vehículo afectó de lleno una casa de cambio del poblado situado en la provincia Wasit. En la mismal zona, un grupo de terroristas asesinó a diez miembros de una familia, siete de ellos mujeres.
Poco antes, tres personas perdieron la vida y otras siete resultaron heridas, entre ellas tres policías en esas dos explosiones consecutivas registradas en el centro de la capital, añadieron las fuentes. Un cuarto atentado, ocurrida en el este de Bagdad, tuvo como objetivo una patrulla de las fuerzas de seguridad e hirió a tres policías que fueron trasladados al hospital Kenedi.
Minutos después, el Ejército de EEUU anunció que dos de sus soldados murieron este domingo en la provincia de Al-Anbar, en el oeste de Irak, con lo que aumenta a siete los militares estadounidenses que perdieron la vida en las últimas 72 horas. Este domingo el ejército de EEUU anunció que cinco de sus soldados fallecieron en tres atentados separados ocurridos el sábado y el viernes en distintos puntos de Irak. Con estas nuevas muertes aumenta a 2.760 los soldados estadounidenses que han perdido la vida en Irak desde marzo de 2003.
Un comunicado oficial del mando de las fuerzas multinacionales confirmaron que en la misma provincia, al menos 35 terroristas han muerto en una "operación de seguridad" en la que también se encontraron siete escondrijos de armas. En total fueron confiscadas 11.300 piezas de munición y diverso material para la construcción de artefactos explosivos, así como más de 6.500 armas ligeras de diversos tipos. Según la nota, la ofensiva tuvo lugar entre los días siete y trece de octubre.
Los atentados tienen lugar después de que el primer ministro Nuri al-Malaki reiterara en un discurso emitido por la televisión que su Gobierno está decidido a disolver a las organizaciones terroristas que operan en Irak porque amenazan con llevar al país a una guerra civil. "El Gobierno está decidido a disolver a las organizaciones, ya que el ejecutivo y ellas se contraponen, porque las armas deben poseerlas sólo el Gobierno", recalcó