Asimismo, declaró: "En vista de las nuevas realidades sobre el terreno, incluyendo importantes centros de población israelí ya existentes, no es realista esperar que el resultado de las negociaciones de estatus final incluya una retirada completa hasta las fronteras del armisticio de 1949".
Bush se mostró partidario de que, cuando se haya constituido un Estado palestino independiente, "los refugiados palestinos se establezcan allí, y no en Israel". En este punto también se alinea con las tesis de Tel-Aviv.
Por lo que respecta a la valla de seguridad que Israel está levantando entre Israel y Cisjordania, Bush dijo que debe ser temporal, y que ha de ser considerada "una barrera de seguridad, no política".
El presidente norteamericano desea que este plan israelí sea el comienzo de una nueva fase en las negociaciones de paz, y ha pedido a los dirigentes palestinos que "igualen la audacia y el atrevimiento" de que ha hecho gala, con sus medidas, Ariel Sharon.
Llamamiento a los países árabes para que acepten "la democracia y la reforma"
Bush aprovechó también para exigir a los palestinos y a los países árabes que luchen contra el terrorismo y acepten "la democracia y la reforma". En este sentido, renovó su llamamiento al pueblo palestino para que un lleve a cabo un "cambio de liderazgo" que permita la implantación "(del) progreso y (las) reformas". Con estas palabras, el presidente estadounidense volvió a dejar claro que Arafat no cuenta con su confianza.
Washington está dispuesto a ayudar en el logro de estas metas, pero la tarea más difícil es "la suya", dijo Bush, en alusión al pueblo palestino, que no quiso dejar escapar la ocasión para pedir al Cuarteto de Madrid (conformado, además de por EEUU, por la ONU, Rusia y la UE) que aproveche el plan israelí para tratar de impulsar el proceso de paz.
Ariel Sharon, por su parte, se mostró muy satisfecho con el apoyo de Bush, y afirmó que el plan de retirada "mejorará la seguridad y la economía de Israel y reducirá la fricción y la tensión entre israelíes y palestinos".
"Mi plan creará las condiciones adecuadas para reanudar las negociaciones entre Israel y los palestinos", agregó.
Mientras tanto, Yaser Arafat exigía este mismo miércoles a Washington que no ofreciera garantías a Israel en lo relacionado con el de retorno de los refugiados palestinos ni reconociera ninguno de los asentamientos judíos en Cisjordania, porque ello significaría "el final definitivo del proceso de paz".
El ministro palestino de Exteriores, Nabil Shaath, tiene previsto reunirse la semana próxima en Washington con el secretario de Estado, Colin Powell, y la consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice.
Bush, que ya se entrevistó este lunes con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, continuará su nueva ofensiva política sobre Oriente Medio con una reunión, el miércoles de la próxima semana, con el rey Abdalá de Jordania.
