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El desfile de la Orden de Orange por las calles de Belfast culmina con violentos incidentes

La convivencia en Belfast prosigue tensa con el paso de los años. Pero con la llegada de los desfiles los disturbios y enfrentamientos entre católicos y protestantes escenifican toda su violencia. Este lunes diversos incidentes de violencia marcaron el final del desfile de de la Orden de Orange, que se había desarrollado de forma pacífica hasta que violó la prohibición y entró en los barrios católicos. Jóvenes católicos atacaron con botellas y piedras a los miembros de la Orden cuando volvían de Belfast a su paso por Ardoyne.

La convivencia en Belfast prosigue tensa con el paso de los años. Pero con la llegada de los desfiles los disturbios y enfrentamientos entre católicos y protestantes escenifican toda su violencia. Este lunes diversos incidentes de violencia marcaron el final del desfile de de la Orden de Orange, que se había desarrollado de forma pacífica hasta que violó la prohibición y entró en los barrios católicos. Jóvenes católicos atacaron con botellas y piedras a los miembros de la Orden cuando volvían de Belfast a su paso por Ardoyne.
L D (EFE) La comisión de desfiles había emitido la prohibición de entrar en dicha zona católica de Ardoyne pero los nacionalistas temían que esta restricción pudiera ser vulnerada por los protestantes ebrios al final de la fiesta. Fuerzas de la policía antidisturbios se vieron obligadas a intervenir y a controlar con mangas de agua a un centenar de radicales enzarzados en escaramuzas con las fuerzas de seguridad. Para evitar que los incidentes escaparan al control, un dirigente del Sinn Fein, el partido de los terroristas del IRA, apeló a los radicales católicos a que mantuvieran la calma.
 
Cada 12 de julio, los miembros de la Orden de Orange marchan por varias zonas de la provincia para conmemorar la histórica batalla de Boyne en 1690, cuando las tropas del protestante Guillermo de Orange derrotaron a los ejércitos leales al católico Jaime II, que intentaba recuperar el trono perdido en 1688. La marcha más controvertida es la que transcurre en la capital norirlandesa, que siempre suscita temores de disturbios entre los protestantes-unionistas y católicos-republicanos.
 
La Orden de Orange había pedido a sus miembros que no bloqueasen carreteras ni causaran problemas, y habían desfilado sin incidentes por el norte de Belfast, de camino al céntrico parque Barnett, donde celebran su mayor concentración anual. 

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