L D (EFE) El hallazgo se produjo el pasado jueves en dos aviones de la compañía Southwest Airlines y generó una orden gubernamental para que se registraran todos los aviones comerciales estadounidenses en el plazo de 24 horas. Las cuchillas, de las que se usan para cortar cartones gruesos, son del mismo tipo que las empleadas por los terroristas que secuestraron los aviones con los que se perpetraron los atentados del 11-S.
Además de las cuchillas, las bolsas contenían también lejía y un tipo de arcilla. Según los agentes del FBI, estas bolsas no estaban dentro de ninguna pieza de equipaje. La investigación queda ahora en manos del Departamento de Seguridad Nacional y de los grupos especiales del FBI dedicados a la lucha antiterrorista.
Desde el 11-S, tanto el FBI como el Departamento de Seguridad Nacional -creado a raíz de los atentados- han advertido de posibles tácticas que pueden utilizar los terroristas de Al-Qaeda, entre ellas el uso de artefactos cotidianos para camuflar bombas que puedan hacer estallar un avión. En su intervención en el Congreso el jueves, el responsable de la Administración de Seguridad en el Transporte, James Loy, dijo que el sistema sigue presentando puntos débiles que los terroristas pueden aprovechar, por lo que es necesaria una mayor inyección de fondos para hacerles frente.
Entre los problemas que Loy enumeró se encuentra la falta de adiestramiento adecuado para los encargados de revisar los equipajes y el hecho de que las máquinas de rayos X y los arcos de detectores de metal no identifican explosivos.
Además de las cuchillas, las bolsas contenían también lejía y un tipo de arcilla. Según los agentes del FBI, estas bolsas no estaban dentro de ninguna pieza de equipaje. La investigación queda ahora en manos del Departamento de Seguridad Nacional y de los grupos especiales del FBI dedicados a la lucha antiterrorista.
Desde el 11-S, tanto el FBI como el Departamento de Seguridad Nacional -creado a raíz de los atentados- han advertido de posibles tácticas que pueden utilizar los terroristas de Al-Qaeda, entre ellas el uso de artefactos cotidianos para camuflar bombas que puedan hacer estallar un avión. En su intervención en el Congreso el jueves, el responsable de la Administración de Seguridad en el Transporte, James Loy, dijo que el sistema sigue presentando puntos débiles que los terroristas pueden aprovechar, por lo que es necesaria una mayor inyección de fondos para hacerles frente.
Entre los problemas que Loy enumeró se encuentra la falta de adiestramiento adecuado para los encargados de revisar los equipajes y el hecho de que las máquinas de rayos X y los arcos de detectores de metal no identifican explosivos.