L D (EFE) Prachanda proclamó: "La guerra ha terminado y la paz ha comenzado". Para el terrorista el acuerdo representa "la victoria de todos los nepalíes sobre las fuerzas reaccionarias que querían mantener a Nepal en el pasado". "Nepal entra en una nueva era", dijo Koirala, y aseguró que la violencia, que ha causado más de 10.000 muertos en Nepal, "ha acabado y da comienzo la política de la reconciliación".
El acuerdo prevé que el grupo terrorista deposite sus armas en almacenes y acantone a sus hombres, todo ello bajo una supervisión de la ONU que está por determinar, para entrar a formar parte de un Parlamento y un Gobierno interinos hasta la celebración de elecciones a mediados de junio próximo. De esos comicios, saldrá una Asamblea Constituyente encargada de decidir si la Monarquía es abolida y reemplazada por una República. La figura del monarca está ahora en la cuerda floja, tras las conclusiones de una comisión que investigó la represión de la revuelta de abril, en la que murieron 21 personas y unas 5.000 resultaron heridas.
La comisión determinó esta semana que el rey es el responsable máximo de la actuación de su Ejército, y sugirió que se le levante la inmunidad para que se puedan emprender acciones contra él. El acuerdo hoy suscrito consigna que el rey "no tiene ningún mando de gobierno en absoluto" durante este periodo. Si bien el Partido del Congreso de Koirala aboga por mantener una monarquía de corte constitucional, Prachanda no ha ocultado estos días su confianza en que el 90 por ciento de los nepalíes se pronuncie por la abolición de esa institución.
En el estrado en el que se firmó el acuerdo, los maoístas mostraron su fuerza con una representación igualada a la de ministros del Gobierno. Junto a ellos estaba el enviado especial de la ONU, Ian Martin, que ha asistido a las partes en la última fase de las negociaciones y que hoy puntualizaba que hará falta tiempo para que las Naciones Unidas desplieguen a todos sus monitores sobre el terreno. "Inevitablemente, tendrá que hacerse por fases", dijo a EFE Martin, tras explicar que aún ha de firmarse un acuerdo tripartito entre la ONU, los maoístas y el Gobierno antes de que la organización internacional pueda aprobar un mandato para esta misión.
Si bien el preacuerdo del pasado día 7 fijaba un calendario que obligaba al grupo terrorista a acantonarse y depositar sus armas este martes, los plazos se han ido incumpliendo y el acuerdo firmado no los precisa. Según los maoístas, los terroristas ya se están acantonando en siete puntos del país. Pero Martin advirtió de que aún están por aclararse detalles "esenciales" como la identificación de los terroristas o qué actividades tendrán permitidas durante este periodo en que se comprometen a no utilizar las armas.
Prachanda se declaró "feliz" de trabajar con aquellos "que quieren ayudar a construir un nuevo Nepal", dirigiéndose al cuerpo diplomático presente en la ceremonia. Estados Unidos advirtió recientemente de que mantendrá a los maoístas en su lista de grupos terroristas hasta que no pasen seis meses de abandono total de la violencia.
El primer ministro aludió a aquellos que le advertían "de que los terroristas no eran de fiar" al afirmar que, "como demócrata, mi deber era atraer a los no demócratas al camino de la política". Koirala se enorgulleció de que los nepalíes, pese a la "ayuda ofrecida por mucha gente", han sido capaces de resolver sus conflictos por su cuenta dando "un ejemplo a todo el mundo", y prometió que en junio se celebrarán "elecciones pacíficas".
El acuerdo prevé que el grupo terrorista deposite sus armas en almacenes y acantone a sus hombres, todo ello bajo una supervisión de la ONU que está por determinar, para entrar a formar parte de un Parlamento y un Gobierno interinos hasta la celebración de elecciones a mediados de junio próximo. De esos comicios, saldrá una Asamblea Constituyente encargada de decidir si la Monarquía es abolida y reemplazada por una República. La figura del monarca está ahora en la cuerda floja, tras las conclusiones de una comisión que investigó la represión de la revuelta de abril, en la que murieron 21 personas y unas 5.000 resultaron heridas.
La comisión determinó esta semana que el rey es el responsable máximo de la actuación de su Ejército, y sugirió que se le levante la inmunidad para que se puedan emprender acciones contra él. El acuerdo hoy suscrito consigna que el rey "no tiene ningún mando de gobierno en absoluto" durante este periodo. Si bien el Partido del Congreso de Koirala aboga por mantener una monarquía de corte constitucional, Prachanda no ha ocultado estos días su confianza en que el 90 por ciento de los nepalíes se pronuncie por la abolición de esa institución.
En el estrado en el que se firmó el acuerdo, los maoístas mostraron su fuerza con una representación igualada a la de ministros del Gobierno. Junto a ellos estaba el enviado especial de la ONU, Ian Martin, que ha asistido a las partes en la última fase de las negociaciones y que hoy puntualizaba que hará falta tiempo para que las Naciones Unidas desplieguen a todos sus monitores sobre el terreno. "Inevitablemente, tendrá que hacerse por fases", dijo a EFE Martin, tras explicar que aún ha de firmarse un acuerdo tripartito entre la ONU, los maoístas y el Gobierno antes de que la organización internacional pueda aprobar un mandato para esta misión.
Si bien el preacuerdo del pasado día 7 fijaba un calendario que obligaba al grupo terrorista a acantonarse y depositar sus armas este martes, los plazos se han ido incumpliendo y el acuerdo firmado no los precisa. Según los maoístas, los terroristas ya se están acantonando en siete puntos del país. Pero Martin advirtió de que aún están por aclararse detalles "esenciales" como la identificación de los terroristas o qué actividades tendrán permitidas durante este periodo en que se comprometen a no utilizar las armas.
Prachanda se declaró "feliz" de trabajar con aquellos "que quieren ayudar a construir un nuevo Nepal", dirigiéndose al cuerpo diplomático presente en la ceremonia. Estados Unidos advirtió recientemente de que mantendrá a los maoístas en su lista de grupos terroristas hasta que no pasen seis meses de abandono total de la violencia.
El primer ministro aludió a aquellos que le advertían "de que los terroristas no eran de fiar" al afirmar que, "como demócrata, mi deber era atraer a los no demócratas al camino de la política". Koirala se enorgulleció de que los nepalíes, pese a la "ayuda ofrecida por mucha gente", han sido capaces de resolver sus conflictos por su cuenta dando "un ejemplo a todo el mundo", y prometió que en junio se celebrarán "elecciones pacíficas".