L D (Europa Press) El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha asegurado que el Ejecutivo afronta la próxima presidencia española de la UE con el objetivo de "liderar la Europa del siglo XXI", y que ese enfoque lo hace desde la perspectiva "más esperanzadora", que es la ratificación del Tratado de Lisboa.
Así lo expresó junto a la vicepresidenta primera del Gobierno, Maria Teresa Fernández de la Vega, durante una rueda de prensa tras la constitución del Comité Organizador de la Presidencia española del Consejo de la UE durante el primer semestre del año 2010.
"Nos estamos preparando para la perspectiva más esperanzadora, más pro europea, que es que el tratado sea ratificado por los irlandeses en otoño", enfatizó el jefe de la Diplomacia española, quien además destacó que la programación del Ejecutivo es que vaya adecuada a la nueva Europa que expone el tratado.
No obstante, ante la posibilidad de que no se ratificara, el ministro dijo que "lo único que cambiaría" sería la manera de trabajar desde el marco institucional, dado que los "objetivos sustanciales" se mantendrían para ese periodo.
"Sabemos que la Presidencia europea debe saber responder a cualquier situación innovadora o de crisis o de propuesta. No eludimos ninguna posibilidad, pero nuestro objetivo es que podamos liderar la Europa del siglo XXI", recalcó Moratinos.
Una Europa "más social"
Precisamente De la Vega recalcó que, con este evento, España demostrará que "quiere una Europa más igualitaria" que tenga una visión más unida de los grandes retos del futuro, entre los que enumeró la crisis económica, el cambio climático o los retos energéticos. Al respecto, detalló además que el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha puesto al país como un ejemplo de inversión en energías renovables.
La "número dos" del Ejecutivo también dijo que uno de los objetivos para este periodo es mostrar a la comunidad europea una Europa "más social" y que la voz de UE suene con más fuerza en el entorno internacional.
Sobre el papel que tendrá el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que "dirige y lidera" la acción del Ejecutivo, y que, por tanto, liderará también el trabajo para asumir la presidencia del la UE, con una presencia acorde al cargo que ostenta. Sarkozy ya presumió de dejar la presidencia de la UE "más allá" de lo que había esperado.
Obama, una nueva etapa
Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación también habló a preguntas de los periodistas sobre la investidura de Barack Obama que, en su opinión, supone la apertura de una etapa importante "y muy esperanzadora", y sin duda, será un cambio en cómo afrontará la administración americana "las relaciones del futuro del mundo" y las bilaterales con España.
La presidencia española de turno, que comenzará el 1 de enero de 2010, coincidirá con el inicio de una fase distinta de la UE, con un nuevo parlamento y comisión. En este sentido, España, Bélgica y Hungría han llegado a un acuerdo marco estratégico que será aprobado en breve por los gobiernos para fijar las prioridades del periodo de presidencia de 18 meses que compartirán, expuso el Gobierno.
Las actividades previstas a celebrar durante el primer semestre de 2010 se encuentra la celebración de una cumbre UE-América Latina y el Caribe que se celebrará en Madrid el mayo de 2010. También habrá otras citas como la Cumbre trasatlántica con EE.UU. y diversos encuentros con terceros países, los dos consejos europeos de primavera y verano -a celebrar en Bruselas- y las tradicionales reuniones informales de ministros distribuidas por numerosos puntos de la geografía española.
Con anterioridad a la Presidencia española se celebrará en el mes de diciembre de 2009 la Conferencia de Presidentes o reunión del presidente del Gobierno acompañado por los ministros con el presidente del Parlamento Europeo y los presidentes de los grupos parlamentarios de la Eurocámara.
Por último, la imagen de la Presidencia española de la UE será el resultado de un concurso internacional de ideas, convocado simultáneamente por los tres países -España. Bélgica y Hungría- con el que se crearía un logotipo para los 18 meses, que está integrado por un elemento común y por los tres elementos singulares que individualizarán cada uno de los semestres de cada Estado.