La empresa que gestiona la central de Fukushima, Tepco, ha confirmado que planea verter 11.500 toneladas de agua radiactiva en aguas del océano Pacífico. Tepco explica que el agua vertida supera por cien veces el límite legal de radiactividad. Según la compañía, la posibilidad de riesgos es mínima.
10.000 toneladas del total del vertido proceden de depósitos especiales de la planta nuclear, mientras que los 1.500 restantes se encontraban en el sótano de los reactores 5 y 6. El objetivo, según informa Tepco, es hacer espacio en esos lugares para poder trasladar el agua con una radiactividad aún más elevada. El agua que inunda los edificios de turbinas de los reactores 1, 2 y 3, dificulta seriamente las labores de los trabajadores para enfriarlos debido, precisamente, a los altos niveles radiactivos que presenta.
Tepco, en el punto de mira
Tepco ha sido acusada de falta de transparencia, de lentitud en la respuesta, y de no haber tenido en cuenta las advertencias de los expertos. Además, la compañía dijo que el pasado miércoles fueron encontrados los cadáveres de dos empleados que estaban desaparecidos desde el 11 de marzo, cuando se produjo el terremoto y el posterior tsunami. Tepco afirmó que no comunicó la noticia hasta ahora por deferencia con sus familias.
La prensa nipona arremetió ayer contra la compañía, y preguntó por qué no habían sido encontrados los empleados y cómo es que fallecieron, mientras que otros trabajadores de la central sí sobrevivieron. Los cadáveres eran los de dos jóvenes de 21 y 24 años, que habían fallecido, probablemente, a causa de la pérdida de sangre.
"Una batalla larga"
El Gobierno japonés aseguró el pasado domingo que la radiación continuará saliendo de la central durante meses. El diputado del Partido Demócrata de Japón, Goshi Hosono, dijo en televisión que detener la fuga de radiactividad llevará "varios meses". "Esta va a ser una batalla larga", añadió.