L D (EFE) Los miembros del Consejo trabajaron durante todo el fin de semana para tratar de llegar a un consenso sobre la resolución, tras la oposición inicial de países como Rusia, tradicional aliado de Siria, China y Argelia.
En el último momento, EEUU, Francia y el Reino Unido, que patrocinan la resolución, hicieron algunas concesiones y modificaron los párrafos que hacen referencia a la amenaza de imponer sanciones económicas a Siria si no cumple con lo estipulado en el documento.
Aún así, se deja abierta la posibilidad de imponer "medidas adicionales" si las autoridades sirias no colaboran con la investigación de la ONU. El proyecto de resolución exige al gobierno de Damasco la cooperación "plena e incondicional" en la investigación del asesinato de Hariri, fallecido el pasado 14 de febrero en un atentado en el que murieron 20 personas más.
La resolución exige a Siria que detenga a cualquier persona que la ONU considere sospechoso, y además que permita que la Comisión investigadora los pueda interrogar en las circunstancias y lugar que considere pertinente. El último informe de la Comisión investigadora de la ONU, encabezada por el fiscal alemán Detlev Mehlis, reveló que varios altos funcionarios sirios y libaneses están implicados en el magnicidio.
Entre los nombres que citó se encuentra familiares del presidente sirio, Bashar Al- Assad, entre ellos su cuñado y jefe de la inteligencia siria, Assaf Shawkat, y su hermano, Maher al-Assad. La investigación todavía continuará hasta el 15 de diciembre, después de que el secretario general, Kofi Annan, autorizara la extensión hasta esta fecha del mandato del equipo de investigadores, decisión que ha sido ratificada por el Consejo en la resolución.
En el texto adoptado también se insiste en que Siria deje de interferir en los asuntos internos del Líbano, de forma directa o indirecta, y que se abstenga de lleve a cabo cualquier acción que pueda desestabilizar a su país vecino. Por otro lado, el documento obliga a los Estados miembros a congelar los activos y a prohibir la entrada en sus países a las personas sospechosas de haber participado o de estar implicadas en el complot para asesinar al ex primer ministro libanés.
Hariri, que se oponía al control de la política libanesa por parte de Siria, fue desde 1992 primer ministro del Líbano en varias ocasiones, la última de ellas hasta octubre de 2004, cuando dimitió, cuatro meses antes del atentado que le costó la vida.
En el último momento, EEUU, Francia y el Reino Unido, que patrocinan la resolución, hicieron algunas concesiones y modificaron los párrafos que hacen referencia a la amenaza de imponer sanciones económicas a Siria si no cumple con lo estipulado en el documento.
Aún así, se deja abierta la posibilidad de imponer "medidas adicionales" si las autoridades sirias no colaboran con la investigación de la ONU. El proyecto de resolución exige al gobierno de Damasco la cooperación "plena e incondicional" en la investigación del asesinato de Hariri, fallecido el pasado 14 de febrero en un atentado en el que murieron 20 personas más.
La resolución exige a Siria que detenga a cualquier persona que la ONU considere sospechoso, y además que permita que la Comisión investigadora los pueda interrogar en las circunstancias y lugar que considere pertinente. El último informe de la Comisión investigadora de la ONU, encabezada por el fiscal alemán Detlev Mehlis, reveló que varios altos funcionarios sirios y libaneses están implicados en el magnicidio.
Entre los nombres que citó se encuentra familiares del presidente sirio, Bashar Al- Assad, entre ellos su cuñado y jefe de la inteligencia siria, Assaf Shawkat, y su hermano, Maher al-Assad. La investigación todavía continuará hasta el 15 de diciembre, después de que el secretario general, Kofi Annan, autorizara la extensión hasta esta fecha del mandato del equipo de investigadores, decisión que ha sido ratificada por el Consejo en la resolución.
En el texto adoptado también se insiste en que Siria deje de interferir en los asuntos internos del Líbano, de forma directa o indirecta, y que se abstenga de lleve a cabo cualquier acción que pueda desestabilizar a su país vecino. Por otro lado, el documento obliga a los Estados miembros a congelar los activos y a prohibir la entrada en sus países a las personas sospechosas de haber participado o de estar implicadas en el complot para asesinar al ex primer ministro libanés.
Hariri, que se oponía al control de la política libanesa por parte de Siria, fue desde 1992 primer ministro del Líbano en varias ocasiones, la última de ellas hasta octubre de 2004, cuando dimitió, cuatro meses antes del atentado que le costó la vida.