Un depósito de material bélico de la banda terrorista Hezbolá quedó al descubierto el 14 de julio cuando se produjeron una serie de explosiones. El zulo se encontraba situado en un edificio abandonado de la localidad de Khirbet Salim, bajo control de las tropas de la FINUL. Según informa El Diario Exterior, ni el Ejército libanés ni las fuerzas de Naciones Unidas acudieron al lugar de la explosión.
La Embajada de Israel en Madrid criticó "que tanto las fuerzas de FINUL como el ejército libanés se abstuvieran de llegar a la zona de las explosiones, faltando así al cumplimiento de las obligaciones establecidas en la resolución de la ONU". La resolución 1701 prohíbe el almacenamiento de material bélico en el sur de El Líbano y establece la obligación de las fuerzas de la ONU de controlar que se cumpla.
Después de que se produjeran estos hechos, un grupo de las fuerzas de Naciones Unidas se desplazó a Khirbet Salim y fueron atacados. Catorce personas resultaron heridas y varios vehículos dañados, incluida la ambulancia.
Siempre según El Diario Exterior, en un hecho sin precedentes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas acusó este jueves de forma explícita a Hezbolá de violar la resolución 1701. Todos los miembros del organismo menos Libia votaron de forma positiva la denuncia. Según el vicesecretario general de la ONU para Misiones de Pacificación, Alain Le Roy, los atacantes eran personas contratadas y entrenadas por Hezbolá.
La denuncia del Consejo de Seguridad se produjo seis días después de que una delegación de los habitantes de Shirbet Salim enviara una carta a diferentes miembros del Gobierno de El Líbano denunciando que Hezbolá pone en peligro las vidas de los civiles al almacenar su armamento en áreas pobladas. En la misiva se afirma que este grupo les utiliza, de hecho, como escudos humanos.