L D (EFE) El presidente de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que envió a Bielorrusia a más de 500 observadores dijo que "Bielorrusia no fue campo de juego limpio". "El pueblo bielorruso se merece algo mejor. Los valientes esfuerzos de los candidatos de la oposición para ofrecer a los votantes una opción genuina fueron obstruidas por las autoridades", puntualizó el presidente de la Asamblea.
Añadió que "el uso arbitrario del poder del Estado y las masivas detenciones por todo el país mostraron despreocupación por los derechos básicos de libertad de reunión, asociación y expresión, y plantean dudas respecto a la buena voluntad de las autoridades para tolerar la competencia política". "Las elecciones por sí solas no hacen democracia. Sin embargo, son el eje del proceso democrático. La democracia es un proceso en constante evolución, (...) y es nuestra responsabilidad alentar a cada uno de los países firmantes del Acta Final de Helsinki a la mejoren y la perfeccionen", señaló.
Según Hastings, entre los problemas que afrontaron los observadores estuvo la dificultad de acceso al recuento de los votos, aunque añadió que hubo mejoras en comparación con las elecciones anteriores. Sobre la demanda de la oposición de anular los resultados de los comicios, el jefe de la misión de la OSCE dijo que lo mejor sería que los descontentos recurriesen a los tribunales.
El embajador Geert Arens, jefe de la misión de observación a largo plazo de la OSCE, señaló por su parte que durante los comicios bielorrusos "ha habido muchas violaciones graves de los estándares internacionales de elección". También subrayó que "el hecho de que los servicios secretos acusaran a la oposición y la sociedad civil de planear la usurpación del poder y los asociaran con terrorismo contribuyó en gran medida al clima de intimidación e inseguridad" en Bielorrusia.
Arens constató que "los empleados públicos y los estudiantes fueron presionados para que no participaran en la campaña de los candidatos de la oposición y para que votaran a favor del actual presidente". Señaló además que el hecho de que un 30 por ciento de los electores votaran por anticipado "incrementó las posibilidades de fraude", y que la misión de la OSCE recibió denuncias de que la gente era obligada a votar antes de tiempo por los directores de sus empresas.
Añadió que "el uso arbitrario del poder del Estado y las masivas detenciones por todo el país mostraron despreocupación por los derechos básicos de libertad de reunión, asociación y expresión, y plantean dudas respecto a la buena voluntad de las autoridades para tolerar la competencia política". "Las elecciones por sí solas no hacen democracia. Sin embargo, son el eje del proceso democrático. La democracia es un proceso en constante evolución, (...) y es nuestra responsabilidad alentar a cada uno de los países firmantes del Acta Final de Helsinki a la mejoren y la perfeccionen", señaló.
Según Hastings, entre los problemas que afrontaron los observadores estuvo la dificultad de acceso al recuento de los votos, aunque añadió que hubo mejoras en comparación con las elecciones anteriores. Sobre la demanda de la oposición de anular los resultados de los comicios, el jefe de la misión de la OSCE dijo que lo mejor sería que los descontentos recurriesen a los tribunales.
El embajador Geert Arens, jefe de la misión de observación a largo plazo de la OSCE, señaló por su parte que durante los comicios bielorrusos "ha habido muchas violaciones graves de los estándares internacionales de elección". También subrayó que "el hecho de que los servicios secretos acusaran a la oposición y la sociedad civil de planear la usurpación del poder y los asociaran con terrorismo contribuyó en gran medida al clima de intimidación e inseguridad" en Bielorrusia.
Arens constató que "los empleados públicos y los estudiantes fueron presionados para que no participaran en la campaña de los candidatos de la oposición y para que votaran a favor del actual presidente". Señaló además que el hecho de que un 30 por ciento de los electores votaran por anticipado "incrementó las posibilidades de fraude", y que la misión de la OSCE recibió denuncias de que la gente era obligada a votar antes de tiempo por los directores de sus empresas.