LD (Agencias) La mayor parte de los 3,3 millones de liberianos -1,3 millones residen en la capital- tras largos años de guerras civiles que han destruido el país, antes uno de los más prósperos en esa zona africana, viven empobrecidos y carentes de lo mínimo para sobrevivir. Esa situación, según fuentes diplomáticas en la región, solo podrá ser aliviada con el envío de un fuerte contingente militar de la ONU. Algunas unidades militares de la CEDEAO han podido avanzar sólo a corta distancia de Monrovia y han dejado, por razones de seguridad, el resto del país a merced de los rebeldes y grupos incontrolados de soldados gubernamentales.
La recomendación hecha este lunes por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, al Consejo de Seguridad para que autorice el envío a Liberia de una fuerza pacificadora de unos 15.000 soldados, coincide con los cálculos efectuados por su enviado especial a este país, Jacques-Paul Klein, después de su llegada hace dos meses. Según la documentación presentada por Annan, el contingente militar será parte de la Misión de la ONU en Liberia (UNMIL) que se formará a partir del uno de octubre próximo y en el se integraran, además, 250 observadores militares, 160 funcionarios y 867 policías.
El secretario general pidió además que las fuerzas de la ONU, que sustituirían a las de la CEDEAO a partir del primero de noviembre próximo, tengan un mandato firme bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, lo que permitirá que puedan recurrir al uso de la fuerza si es necesario y no sólo en caso de defensa propia. La tarea más importante de los “cascos azules” en Liberia será restablecer la paz en todo el territorio, la supervisión del alto el fuego, la desmovilización, el desarme y la reintegración de los excombatientes tanto a la vida civil como a un nuevo Ejército. Además de ayudar a establecer un gobierno democrático en 2005 tras unas elecciones generales.
La recomendación hecha este lunes por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, al Consejo de Seguridad para que autorice el envío a Liberia de una fuerza pacificadora de unos 15.000 soldados, coincide con los cálculos efectuados por su enviado especial a este país, Jacques-Paul Klein, después de su llegada hace dos meses. Según la documentación presentada por Annan, el contingente militar será parte de la Misión de la ONU en Liberia (UNMIL) que se formará a partir del uno de octubre próximo y en el se integraran, además, 250 observadores militares, 160 funcionarios y 867 policías.
El secretario general pidió además que las fuerzas de la ONU, que sustituirían a las de la CEDEAO a partir del primero de noviembre próximo, tengan un mandato firme bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, lo que permitirá que puedan recurrir al uso de la fuerza si es necesario y no sólo en caso de defensa propia. La tarea más importante de los “cascos azules” en Liberia será restablecer la paz en todo el territorio, la supervisión del alto el fuego, la desmovilización, el desarme y la reintegración de los excombatientes tanto a la vida civil como a un nuevo Ejército. Además de ayudar a establecer un gobierno democrático en 2005 tras unas elecciones generales.