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Miles de opositores en Kirguizistán emulan la "Revolución naranja" para derrocar a Askar Akáyev

Los dirigentes de la oposición en Kirguizistán, una de las ex repúblicas soviéticas del Asia central, han rechazado la oferta de revisión de los resultados electorales en aquellas regiones donde se sospecha que se cometió fraude. Encabezando a miles de seguidores, los líderes se dirigen a la capital del país, Bisjkek para acelerar la renuncia del presidente Askar Akáyev, acusado de corrupción. Los inconformes controlan las regiones meridionales de Osh y Jalal-abad donde se ha establecido un Gobierno paralelo.

Los dirigentes de la oposición en Kirguizistán, una de las ex repúblicas soviéticas del Asia central, han rechazado la oferta de revisión de los resultados electorales en aquellas regiones donde se sospecha que se cometió fraude. Encabezando a miles de seguidores, los líderes se dirigen a la capital del país, Bisjkek para acelerar la renuncia del presidente Askar Akáyev, acusado de corrupción. Los inconformes controlan las regiones meridionales de Osh y Jalal-abad donde se ha establecido un Gobierno paralelo.
LD (EFE) La líder del partido opositor en Kirguizistán, "Ata-Yurt" (Patria), Rosa Otunbáyeva, ha confirmado que los líderes de la revuelta contra el presidente Askar Akáyev, han acordado rechazar la propuesta gubernamental para efectuar una revisión de los resultados electorales. "No hay negociación. Esa oferta no nos vale. Exigimos la inmediata dimisión de Akáyev, la disolución del Parlamento y la repetición de las elecciones legislativas", afirmó Otunbáyeva.
 
Para tratar de frenar las masivas protestas registradas durante el fin de semana pasado, Akáyev, en el poder desde 1990, ordenó este lunes a la Comisión Electoral Central (CEC) la revisión de los resultados de los comicios sólo en los distritos más conflictivos, donde la oposición denunció un "fraude masivo".
 
En cambio, miles de opositores se dirigen a Bishkek, la capital, para organizar una campaña ininterrumpida de protestas contra las autoridades centrales. La oposición controla ya las regiones meridionales de Osh y Jalal-abad, de mayoría uzbeka, donde ha establecido un Gobierno paralelo y nombrado a sus propios gobernadores.
 
En sus declaraciones, Otunbáyeva ha negado que, como alertan las autoridades, exista peligro de división de este país entre norte y sur, y advierte sobre el peligro de que el Parlamento dominado por leales a Akáyev declare el estado de emergencia. Pero y a pesar de los llamamientos al diálogo de la oposición y la comunidad internacional (EEUU y Unión Europea), Akáyev, el único líder centroasiático sin antecedentes comunistas, se ha negado a entablar un diálogo con la oposición.
 
La oposición, que denunció en ambas rondas electorales (27 febrero y 13 marzo) la compra masiva de votos, comenzó a manifestarse el pasado ocho de enero tras la exclusión de varios de sus candidatos por parte de las autoridades centrales. El sur de Kirguizistán es la zona más pobre de este país y más de la mitad de la población es uzbeka, lo que hace temer el estallido de un conflicto étnico.

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