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Nevada, primer estado donde los votantes hispanos pueden marcar la diferencia

El estado de Nevada es el primero donde la comunidad hispana puede marcar la diferencia en las elecciones internas de los partidos Demócrata y Republicano de cara a  las elecciones a la presidencia de EEUU. Este sábado celebra su "caucus" con toda la atención puesta en las aspiraciones de Hillary Clinton, Barack Obama, Mitt Romney y John McCain. Según las últimas encuestas desvelan que los hispanos guardan un buen recuerdo de la presidencia de Bill Clinton y por ello parece que se decantarán por su esposa, Hillary Rodham. En el lado republicano, casi nadie duda de que el ganador en este estado será Mitt Romney, el ex-Gobernador de Massachusetts que según los sondeos conseguirá en torno al veinticinco por ciento de los votos.

El estado de Nevada es el primero donde la comunidad hispana puede marcar la diferencia en las elecciones internas de los partidos Demócrata y Republicano de cara a  las elecciones a la presidencia de EEUU. Este sábado celebra su "caucus" con toda la atención puesta en las aspiraciones de Hillary Clinton, Barack Obama, Mitt Romney y John McCain. Según las últimas encuestas desvelan que los hispanos guardan un buen recuerdo de la presidencia de Bill Clinton y por ello parece que se decantarán por su esposa, Hillary Rodham. En el lado republicano, casi nadie duda de que el ganador en este estado será Mitt Romney, el ex-Gobernador de Massachusetts que según los sondeos conseguirá en torno al veinticinco por ciento de los votos.
LD (EFE) Nevada, el primer estado en la campaña electoral de EEUU donde la población hispana puede marcar la diferencia, celebra este sábado sus "caucus", un peculiar sistema de elección en el que los ciudadanos muestran sus preferencias por un candidato. El voto de esa comunidad tendrá mayor influencia en los caucus demócratas que en los republicanos ya que, a nivel nacional, aproximadamente el 57 por ciento de los hispanos registrados para votar se definen a sí mismo como demócratas.
 
En el caso concreto de Nevada, donde las reuniones ciudadanas en las que se apuesta por un candidato comienzan a las once de la mañana hora local, la población hispana, según los últimos datos del censo, representa el 23,5 de la población, aunque menos de la mitad, el once por ciento, está registrados para votar. La entidad es, entre los estados del oeste del país, el cuarto en población hispana, detrás de Nuevo México (43 por ciento), California (35 por ciento) y Arizona, (28 por ciento), de ahí que los candidatos demócratas Hillary Clinton y Barack Obama, hayan cortejado abiertamente a esa comunidad en los últimos días.
 
Inicialmente, los hispanos, que guardan un buen recuerdo de la presidencia de Bill Clinton, parecen decantarse más por su esposa, Hillary Rodham, que les inspira cierta continuidad de aquellos buenos años, que por Barack Obama. Por tanto, el senador de Illinois se enfrenta en Nevada a un importante prueba sobre su capacidad para superar las divisiones raciales tradicionales entre las dos principales minorías del país, la hispana y la afroamericana.
 
La campaña en el campo demócrata está, pues, sumamente reñida, ya que las encuestas dan una ligera ventaja a Clinton sobre Obama (37-33), que bien podría dar la vuelta, especialmente después de que un juez del estado decidiera que los trabajadores de los casinos de Las Vegas pueden realizar "caucus" en sus lugares de trabajo.
 
En el lado republicano, casi nadie duda de que el ganador en este estado será Mitt Romney, el ex-Gobernador de Massachusetts que según los sondeos conseguirá en torno al veinticinco por ciento de los votos. Quizá por eso ha sido el único republicano en hacer campaña en serio en este estado en el que podría quedar segundo el senador por Arizona con el veinte por ciento de los votos.

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