LD (EFE) La cadena de televisión privada rumana Realitatea TV ha informado de que unos 440 refugiados uzbekos que se encontraban en Kirguizistán aterrizaron en el aeropuerto de la ciudad de Timisoara, en el oeste del país. Todos ellos, entre ellos unos cincuenta niños, van a ser trasladados al centro de refugiados construido con fondos PHARE de la UE. El centro sólo tiene capacidad para 250 personas.
En Bishkek, capital kirguiz, el jefe de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Carlos Zaccagnini, había informado a la prensa de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) había fletado un Boeing 747 para una "operación de evacuación humanitaria". El Gobierno rumano se comprometió a acoger a esos refugiados por un período de seis meses, tras lo que se decidirá su destino definitivo, atendiendo una petición expresa de ACNUR y la OIM, que sufragan los respectivos gastos.
Unos 550 uzbekos cruzaron la frontera con Kirguizistán el trece y catorce de mayo pasados tras la matanza perpetrada por el Ejército uzbeko en Andiyán y otras localidades orientales de ese país centroasiático. Cerca de un centenar regresaron a Uzbekistán -cuatro de ellos contra su voluntad- y el resto permaneció en campamentos de refugiados en la ciudad fronteriza kirguís de Jalal-Abad.
Del grupo de personas que traspasaron la frontera temerosas de la represión del régimen uzbeko dirigido por Islam Karímov, cuatro ya fueron obligados a volver contra su voluntad el pasado nueve de junio. La ONU ha acusado por ello a Kirguizistán de cometer una flagrante violación de la Convención de Refugiados de la ONU de 1951, después de que los desplazados remitieron en mayo una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, para que intercediera por ellos ante las autoridades de Kirguizistán.