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Tres reclutas y dos presos cubanos pueden ser condenados a muerte por sublevarse en la cárcel de El Manguito

La dictadura cubana mantiene un hermético silencio sobre una revuelta ocurrida el veinte de diciembre pasado en el penal de El Manguito situado a veintiocho kilómetros de Santiago Cuba. Según informa el periódico El Nuevo Herald, dos oficiales cubanos murieron ametrallados cuando tres reclutas del Servicio Militar General (SMG) y dos presos comunes trataron de tomar el control de la cárcel. Una fuente en la isla ha dicho que "el hecho se está investigando". La fuente adelantó que la Fiscalía pide pena de muerte para los responsables de la sublevación que obligó a movilizar a efectivos del Ejército Oriental, de las Tropas Especiales del Ministerio del Interior, fuerzas combinadas de paracaidistas y de la Policía Nacional Revolucionaria.

La dictadura cubana mantiene un hermético silencio sobre una revuelta ocurrida el veinte de diciembre pasado en el penal de El Manguito situado a veintiocho kilómetros de Santiago Cuba. Según informa el periódico El Nuevo Herald, dos oficiales cubanos murieron ametrallados cuando tres reclutas del Servicio Militar General (SMG) y dos presos comunes trataron de tomar el control de la cárcel. Una fuente en la isla ha dicho que "el hecho se está investigando". La fuente adelantó que la Fiscalía pide pena de muerte para los responsables de la sublevación que obligó a movilizar a efectivos del Ejército Oriental, de las Tropas Especiales del Ministerio del Interior, fuerzas combinadas de paracaidistas y de la Policía Nacional Revolucionaria.
(Libertad Digital) El periódico estadounidense The Miami Herald informa en su última edición de que dos oficiales cubanos murieron ametrallados el veinte diciembre pasado cuando se desató una sublevación en la prisión de El Manguito, ubicada en el municipio de Songo La Maya, a veintiocho kilómetros de Santiago de Cuba.
 
Según fuentes del periódico dentro de la isla, tres reclutas del Servicio Militar General (SMG) y dos presos comunes trataron de tomar el control de la cárcel. La Fiscalía está pidiendo que los responsables de la revuelta sean condenados a la pena de muerte. El incidente obligó a movilizar a miles de combatientes del Ejército Oriental, a miembros de la división de Tropas Especiales del MININT, a efectivos de las fuerzas combinadas de paracaidistas y a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Incluso, señala el diario, "altos jefes militares viajaron incluso desde La Habana, incluyendo al Ministro del Interior, Abelardo Colomé Ibarra".
 
Según el recuento de los hechos, alrededor de las dos de la madrugada del veinte de diciembre, los cinco sublevados ocuparon la posta de entrada y cortaron la comunicación telefónica del penal. Después se dirigieron a la enfermería donde ametrallaron a los dos militares. Los fallecidos serían el teniente Oliverio Orozco y el subteniente Josér Antonio Tamayo. Ambos fueron sepultados en las comunidades de La Maya y Tiarriba.
 
Tras ser descubiertos, los sublevados huyeron del penal con fusiles AKM y 37 cargadores y se internaron en la zona montañosa del Segundo Frente Oriental. Veinticuatro horas después, según las fuentes del diario, los jóvenes se entregaron sin ofrecer resistencia en medio de un impresionante despliegue militar.
 
Dos de los detenidos han sido identificados como Yoelvis Delgado Arvelo e Irán Cabrera León, ambos reclutas. El nombre del otro soldado y de los dos reclusos no ha trascendido aún. Al parecer, los cinco permanecen presos bajo régimen de máxima seguridad en la sede de Seguridad del Estado en Santiago de Cuba.

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