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Un millón de toneladas de ayuda ha llegado a Gaza desde Israel en 18 meses

Una flotilla de barcos se dirige a Gaza en una operación de propaganda para denunciar el "bloqueo" israelí y llevar ayuda. La realidad es que ese bloqueo no es tal, que un millón de toneladas de ayuda han entrado en la franja en 18 meses y que en Gaza no hay hambre ni nada que se le parezca.

La Gaza que inaugura piscinas y cuyos mercados están repletos de productos de todo tipo es, para la propaganda antiisraelí, una zona a la que "el bloqueo israelí" ha llevado "a una situación de extrema pobreza", según las palabras de los integrantes de la flotilla que recoge en una crónica el corresponsal de El Mundo Sal Emergui.

La realidad es que, según cuenta el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí en un documento hecho público esta semana, el presunto bloqueo es tan severo que en los últimos 18 meses han entrado en la Franja, a través de Israel, un millón de toneladas de suministros, es decir, cerca de una tonelada para cada uno de los habitantes de la zona.

Y es que, aunque las fronteras están habitualmente cerradas por obvias razones de seguridad, Israel mantiene abierto un corredor humanitario, reconocido por organizaciones como la Cruz Roja y las propias Naciones Unidas, por el que continuamente llegan a la Franja productos perecederos y alimenticios de primera necesidad que se distribuyen en Gaza a través de organizaciones de ayuda o del sector privado.

Comida, arroz, trigo, leche en polvo...

Sólo en los cuatro primeros meses de este año se han introducido en la Franja de Gaza 94.500 toneladas de suministros, entre ellos 48.000 de diferentes tipos de comida, 40.000 de trigo, 2760 de arroz o 553 de leche en polvo y alimentos infantiles.

El Ministerio Israelí ha ofrecido hasta los datos de la ayuda introducida la pasada semana, y las cifras son impresionantes: 100 camiones de comida para animales, 65 de frutas y vegetales, 22 de azúcar, unos 27 de carne, aves de corral y pescado, y otros 40 de productos perecederos.

Hay que añadir que, además, los suministros se adaptan a las necesidades propias de la población e incluso a las que surgen en determinadas festividades, por ejemplo, durante el pasado ramadán 11.000 cabezas de ganado entraron en Gaza.

Ayuda y suministros médicos

Otra de las críticas habituales de la propaganda antiisraelí es la ausencia de suministros médicos para los hospitales de Gaza y la imposibilidad de que los residentes reciban tratamiento médico en el exterior, según Israel esto dista mucho de ser cierto: nunca se le niega a un palestino tratamiento médico en hospitales del estado judío.

Así, sólo durante el año 2009 más de diez mil pacientes y sus acompañantes visitaron territorio israelí para recibir tratamiento médico. Además de eso cerca de 200 miembros del personal médico israelí entran cada mes en la Franja para ofrecer su trabajo en Gaza, e Israel también coordina la entrada de profesionales sanitarios jordanos.

También se facilita la llegada de material médico a través de la frontera israelí: cerca de 5.000 toneladas entraron en 2009 mientras que en una semana habitual de este año se mandan a la Franja 37 camiones de material higiénico.

Todo este esfuerzo se mantiene a pesar de que, desde el año 2005, los palestinos han explotado estos acuerdos relacionados con el material médico y la salud para intentar ejecutar atentados terroristas en más de 20 ocasiones.

¿Y la electricidad?

Los apagones por deficiencias en el suministro eléctrico son también objeto habitual de la propaganda, pero la realidad vuelve a ser muy distinta en este caso: según las cifras ofrecidas por el Ministerio de Exteriores el 70 % de la electricidad consumida en Gaza proviene directamente de la red eléctrica israelí.

Por el contrario, sólo un 10% es generada por Egipto y algo menos de del 20% se produce en la central de generación dentro de la propia Franja, cuyo combustible se introduce, por supuesto, a través de territorio israelí.

Además, hay que señalar que durante el año 2009 se han enviado a Gaza hasta 41 camiones con material eléctrico para el mantenimiento de la red en el territorio dominado por Hamas.

¿Cifras propias de un país pobre?

Por último, el análisis de algunas de las cifras con las que habitualmente se mide la calidad de vida en un país nos refleja también una verdad muy diferente a la de la zona sumida en el desastre que solemos ver en los medios.

Así, la esperanza de vida supera los 73 años, más que la de países de la UE como Estonia o Bulgaria; y la tasa de mortalidad infantil es, por su parte, inferior a la de países de su entorno como Jordania y Líbano.

Otros indicadores de desarrollo también son razonablemente elevados: el 20% de la población posee ordenadores personales, tasa que supera a la de países como Brasil, Rusia o el propio Portugal; y, por último, el 70% posee televisión y radio y tiene acceso a cadenas locales, a israelíes e incluso a cadenas por satélite.

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