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Zapatero cede en Lisboa y renuncia a un escaño más para España "por el bien de Europa"

Euroeuforia sin motivos. Los líderes de la UE se han puesto finalmente de acuerdo, después de una dura negociación, sobre el nuevo tratado que sustituirá a la fallida Constitución. Pero mientras Italia, Polonia y Gran Bretaña pelearon hasta el final para conseguir sus objetivos, España ni se inmutó ante la pérdida de un escaño. El presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, mantuvo un perfil bajo pese a no ver cumplidos sus objetivos de 55-57 escaños en diciembre. El nuevo Tratado, que será firmado en Lisboa el 13 de diciembre.

Euroeuforia sin motivos. Los líderes de la UE se han puesto finalmente de acuerdo, después de una dura negociación, sobre el nuevo tratado que sustituirá a la fallida Constitución. Pero mientras Italia, Polonia y Gran Bretaña pelearon hasta el final para conseguir sus objetivos, España ni se inmutó ante la pérdida de un escaño. El presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, mantuvo un perfil bajo pese a no ver cumplidos sus objetivos de 55-57 escaños en diciembre. El nuevo Tratado, que será firmado en Lisboa el 13 de diciembre.
(Libertad Digital) La presidencia de la UE, que desempeña Portugal este semestre, consiguió su propósito de sacar adelante el que se conocerá como "Tratado de Lisboa" tras negociar individualmente con Roma, que consigue un eurodiputado más, y Varsovia, que logra garantías adicionales para el ejercicio de su capacidad de bloqueo.
 
La propuesta consiste en recoger en una declaración la revisión del mecanismo del llamado "compromiso de Ioannina", que permite en circunstancias excepcionales suspender una decisión de la UE aunque no se disponga de la minoría necesaria para bloquearla, y añadir un protocolo al tratado donde se garantiza que dicho mecanismo sólo podrá modificarse por consenso.
 
Según explicó el propio Sócrates, la fórmula fue propuesta a la delegación polaca después de la "foto de familia" de la cumbre, y su aceptación por el presidente Kaczynski abrió el camino para desbloquear el resto de los asuntos pendientes.
 
En particular, a Italia se la convenció concediéndole un diputado más de los que le atribuía la propuesta de reforma aprobada por el Parlamento Europeo (informe Lamassoure/Severin), lo que le permite igualar a Francia en 73 escaños a partir del 2009. El techo de 750 eurodiputados fijado por el tratado queda, en realidad, respetado, porque al presidente del Parlamento no se le contará como eurodiputado (750 más 1).
 
El Gobierno de Zapatero no puso objeciones a ese acuerdo y, "por Europa", decidió avalarlo. España podría haber reclamado también un escaño más, ya que con la solución final se rompió en beneficio de Italia la proporcionalidad que rige el reparto Lamassoure/Severin. Las fuentes citadas subrayaron que España ha luchado por que el Tratado saliera adelante y eso se va a conseguir con el acuerdo cerrado
 
Para el Partido Popular la negativa a negociar de Zapatero en beneficio de los intereses españoles en Lisboa "confirman que desde que gobierna, España es irrelevante en la Unión Europea". "Una vez más hemos perdido peso en Europa porque Rodríguez Zapatero no nos defiende y el resultado ha sido que perdemos peso político en la Unión Europea" recalcó.
 
El eurodiputado popular, Gerardo Galeote, además cuestionó que es "difícil de entender" que si el Ministerio de Asuntos Exteriores estimaba en julio que a España le corresponderían entre 55 y 57 escaños en la Eurocámara, de acuerdo con criterios de 'regresión demográfica', "llegue el mes de octubre y Rodríguez Zapatero considere que 54 escaños es un éxito".
 
Pese a que el diputado adicional se ha adjudicado ya a Italia, el reparto de escaños por países no se plasmará por escrito hasta que el propio Parlamento fije en diciembre la nueva distribución.
 
Un último ajuste institucional giró en torno a la designación del futuro Alto Representante de la Unión, cargo que ejerce el español Javier Solana. Los Veintisiete acordaron en que el nuevo Alto Representante será nombrado el 1 de enero del 2009, fecha de entrada en vigor del Tratado de Lisboa, pero de manera provisional hasta que pueda ser confirmado en noviembre cuando se constituya la nueva Comisión Europea, de la que será también vicepresidente.
 
Pasividad de Zapatero
 
En paralelo a las luchas de los estados miembros por arrancar mayores ventajas, el presidente español apostó por mantener su política de perfil bajo. Fuentes presenciales aseguraban que mientras España perdía la oportunidad de aumentar su peso en el parlamento para equilibrar la pérdida de valor en el Consejo, Rodríguez Zapatero prefería las sonrisas y las conversaciones intrascendentes con los líderes políticos. Dicen, por ejemplo, que el presidente español intercambió unas palabras con el premier británico en torno a la presencia de futbolistas españoles en la liga inglesa.
 
Así las cosas, al comienzo de la conferencia de prensa tras finalizar los trabajos de la cumbre, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mostró su satisfacción porque los trabajos realizados en Lisboa por los jefes de Estado y de Gobierno han permitido la ratificación de un tratado para la reforma institucional de la Unión.
 
Destacó que en el tema del reparto de escaños en el Parlamento Europeo, que había venido provocando fricciones entre miembros de "Los Veintisiete", España ha ganado cuatro. Enseguida, observó que si en Niza, en el año 2000, nuestro país fue uno de los países que más europarlamentarios perdió, en Lisboa es el que más ha ganado.
 
Además, indicó que "Los Veintisiete" han apostado porque los acuerdos alcanzados en Lisboa "duren mucho tiempo" después de las dificultades y complejidades que se presentaron durante las negociaciones. La  UE, consideró, necesitaba nuevas reglas de funcionamiento que hiciera más ágiles los procesos y que, como último fin, se tradujera en que "hubiera más Gobierno europeo".
 
Zapatero subrayó que el nuevo Tratado de Reforma es un nuevo marco que dará estabilidad a la UE en un mundo globalizado. Respecto a las Islas Canarias, el presidente dijo que en el nuevo Tratado el archipiélago se mantiene como región ultraperiférica que le garantiza recibir los beneficios en materia fiscal y de inversiones.

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