La vicesecretaría de Organización, que dirige Ana Mato, ya tiene casi diseñada la campaña electoral de Mariano Rajoy, y que le llevará a todas las comunidades autónomas en los quince días previos al 22 de mayo.
El jefe de la oposición, como ya hizo en las elecciones regionales de Galicia, País Vasco y Cataluña así como en las europeas, volverá a volcarse a fin de conseguir ese ansiado mapa del territorio nacional bañado por el azul en las locales y autonómicas, como así auguran las encuestas.
Los sondeos internos, que durante esta semana ha ido difundiendo este diario, apuntan a un éxito rotundo en Andalucía, conquistando todas las capitales de provincia, incluida Sevilla. Según confirmó Javier Arenas en la cumbre de Zaragoza de este fin de semana, el PP está un punto por encima de la mayoría absoluta, y para apuntalar este previsible éxito Rajoy arrancará la campaña en la capital hispalense.
El escenario escogido será el mismo de los últimos actos que el líder popular ha celebrado en la capital andaluza; un conocido restaurante frente a la Torre del Oro. "El triunfo de Rajoy empieza por Andalucía", dicen desde el PP-A, que avanzan también una fuerte subida en las ciudades grandes y medianas.
El cierre de la campaña electoral se hará por partida doble, en Castilla-La Mancha (previsiblemente en la decisiva Ciudad Real) y en Madrid (como es tradición). Rajoy considera decisivo hacerse con la plaza castellano-manchega, motivo por el que acude a la región, al menos, una vez a la semana.
Además, las capitales de Castilla-La Mancha han sido contexto de importantes cónclaves populares en los últimos meses, destacando la convención municipal de Toledo que reunió a los más importantes alcaldes de la formación.
La agenda de Rajoy todavía no está cerrada, pero también incluye una parada en Valencia para pedir el voto por Francisco Camps, el único candidato autonómico imputado y que, según fuentes de la dirección nacional, se ha convertido en el "gran problema" del PP.
Concretamente, el PP valenciano volverá a sacar músculo llenando la plaza de Toros de la ciudad del Turia. Su fotografía, abarrotada de simpatizantes y militantes, fue una de las imágenes de los comicios generales de 2008, y sirvió de empuje final para los populares. La situación es ahora bien distinta.