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Rajoy: "Ellos se encierran en sus filas, nosotros abrimos las nuestras"

Frente al pinchazo de Zapatero en Zaragoza, lleno total en Valladolid. Un eufórico Rajoy se mostró encantado al grito de "Zapatero, dimisión".

Frente al pinchazo de Zapatero en Zaragoza, lleno total en Valladolid. Un eufórico Rajoy se mostró encantado al grito de "Zapatero, dimisión".

Mariano Rajoy acudió a un feudo histórico de su formación para uno de los días grandes de la campaña electoral, el último domingo antes de las elecciones. Y en Valladolid llenó hasta la bandera su pabellón de ferias; más de tres mil personas -muchas de ellas no pudieron sentarse- colgaron el cartel de completo desde bastante antes del inicio del mitin.

La imagen de lleno absoluto contrastaba con el pinchazo de José Luis Rodríguez Zapatero en Zaragoza, e hinchaba aún más de euforia al líder del PP, que constató ojeando los periódicos que todas las encuestas publicadas convierten al 22-M como gran antesala del cambio.

Rajoy no añadió, un día más, ni una sola píldora de novedad, pero lo que hoy vendía era la imagen de un partido rodado que va lanzado a la victoria electoral. Se le vio cómodo y echando el resto, tanto que al enumerar las veces que Zapatero se ha prestado a los recortes se le escapó una sonrisa de oreja a oreja cuando el público le respondió con un ensordecedor "Zapatero, dimisión, Zapatero, dimisión".

Para variar, tampoco mencionó las últimas novedades en el marco de la incursión de la coalición Bildu en la campaña o la presencia de las víctimas del terrorismo en las calles. En su libro, hoy cobraba especial importancia situar al PSOE como el que insulta y al PP como el que se pone a la tarea a fin de sacar a España de la crisis.

"Una reforma muy importante" para una campaña electoral, dijo, sería "prohibir los inultos". El problema, añadió, es que "eso daría a que algunos no pudieran hacer campaña" aunque "a lo mejor les viene bien" y "se pueden reciclar". Frente al "chalaneo" y al "insulto", continuó Rajoy, "nosotros a hablar de lo que importa; del crecimiento económico, las pensiones y la agricultura".

"¡Bellacos!", le gritaron entonces desde el público, mentando al presidente del Gobierno. Extremo que le sirvió a Rajoy para seguir a lo suyo: "Frente a la división y discordia, unidad y concordia. Golpe bajo frente a la mirada larga. Ellos esconden su marca, su sigla y ni tienen eslogan, nosotros estamos orgullosos de nuestra marca, de nuestras siglas y de ser del PP. Ellos recurren al miedo y nosotros a la ilusión", resumió.

La estocada final del jefe de los populares también vino en este sentido: "La gente sólo le tiene miedo al Gobierno que lesiona a la gente" y que "no crea empleo". "A esos gobiernos, a los ineficaces, sí que hay que tenerles miedo. Ellos quieren minimizar la derrota, nosotros maximizar la esperanza. Ellos se encierran en sus filas, nosotros abrimos las nuestras". Se escuchó entonces corear "España, España", y Rajoy finalizó con su ya mítico "en este partido caben todos" porque lo que busca es "la recuperación económica".

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