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El Gobierno, paralizado: a Zapatero no le preocupa el 15-M

El Gobierno continúa en línea de dejar a los indignados saltarse la ley y ejercer la violencia a sus anchas. Rajoy pide que se actúe.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lo dejó muy claro al ser preguntado por si le preocupa la violencia que están ejerciendo los indignados. "No", dijo el presidente del Gobierno. Posteriormente Moncloa tuvo que matizar.

Zapatero se refería al hecho de que no le preocupa el Movimiento 15-M en sí como algo democrático y pacífico que es, y sin establecer vinculación alguna con lo que hoy estaba ocurriendo en Barcelona. Ante esas la violencia contrael Parlamento catalán, según las fuentes, el presidente del Gobierno ha expresado su posición contraria a "cualquier manifestación violenta que impida el ejercicio de derechos, venga de donde venga".

Por su parte, y al calor de los hechos producidos este miércoles en Barcelona, Mariano Rajoy también se vio en la obligación de pronunciarse. El líder de los populares, en una declaración a los periodistas en la que no ha admitido preguntas, aseguró que "la prudencia no puede convertirse en pasividad", a tenor de que los sucesos acontecidos "no respetan la ley y son antidemocráticos, informa Pablo Montesinos.

"Lo que ha ocurrido en las últimas horas ningún demócrata puede ampararlo", declaró el jefe de la oposición, que se cuidó muy mucho de citar al Gobierno o al titular de Interior, Pérez Rubalcaba. Habló únicamente de las "autoridades" para llamar al orden y pedir que se respete "la ley, y sobre todo, los derechos individuales que tienen todas las personas".

Reacciones a los sucesos

De nuevo desde el Gobierno, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ha avisado de que los partidos y los políticos, que ahora son objeto de "desprecio" e incluso "insultos" en las movilizaciones derivadas del 15 de mayo, son quienes representan a los ciudadanos, vertebran la democracia y los que aseguran que la soberanía popular pueda materializarse. En su opinión, podrá mejorarse su funcionamiento pero no sustituirse porque la democracia, sin etiquetas, no tiene alternativa.

Aprovechando su intervención en el Pleno del Congreso en un debate con el secretario general de Esquerra Republicana, Joan Ridao, el ministro ha querido expresar su rechazo a los incidentes de Barcelona recalcando que "las agresiones y los insultos a los políticos son agresiones e insultos a los representantes del pueblo". "Admito la protesta de 2.000 personas, pero les quiero recordar a estos 2.000 que ha habido 3.200.000 ciudadanos que han votado a esos representantes que han sido agredidos", resaltó.

Sin embargo, desde el Ejecutivo no hay planes para detener a los violentos. El jefe de la Policía, Alfredo Pérez Rubalcaba, ni siquiera se ha pronunciado. Sólo el presidente del Congreso, José Bono, ha abogado por que la Policía ejerza la fuerza contra aquellos que impidan la entrada al Parlamento catalán o falten el respeto a los demás, y ha recalcado que el único imperio en un estado de derecho es la ley "y los indignados tienen que cumplirla".

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